viernes, 17 de enero de 2014

Página 58

- Ahora me va a explicar alguien que me he perdido mientras estaba inconsciente-. Se quejó amablemente la joven tirada en el suelo.

Sus amigos se lo contaron todo acerca de su nuevo descubrimiento acerca de la profecía, también le contaron lo ocurrido con los seres del bosque, y su decisión de luchar junto al hijo de la luz.
Después le contaron lo ocurrido en Rio de Janeiro, no se dejaron ningún detalle para que lo comprendiera todo sin tener que preguntar nada, Ruth parecía entenderlo.

- ¿Que vamos a hacer ahora?-. Preguntó la joven dirigiendo la mirada a la ciudad en llamas, los otros tres la imitaron, Marcos dibujó un rostro de tristeza
- Tendremos que irnos-. Contestó Niva girando la cabeza para mirar el bosque, que había sido su casa durante mucho tiempo.- No es seguro que nos quedemos aquí-.
- ¿Y donde iremos? No tenemos ningún otro sitio-. Dijo Toni mirando al hada que seguía con la mirada fija en el bosque.
- Iremos a las ciudades que nos necesiten, esto aun no a acabado-. Su voz sonó firme y llena de rabia.
- ¿Y que hay de ellos?-. Preguntó Marcos señalando con la cabeza a las criaturas del bosque.
- Nos estarán observando en todo momento-. Contestó Niva.- Y estarán listos para la batalla donde se decidirá todo-. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Marcos, hace un tiempo ese combate lo veía lejísimos, ahora que pensaba en el, parecía que se decidiría al día siguiente, aunque nadie podía saber cuando se haría.
- Hijos de los elementos, Niva-. Dijo el elfo que se había vuelto a acercarse, Marcos no se había dado cuenta de que lo había hecho hasta que lo tuvo encima, el sigilo de los elfos le inquietaba.- Las criaturas del bosque nos iremos, a buscar un nuevo hogar, y estaremos preparados cuando llegue la hora de luchar-. Con una inclinación de cabeza se alejó para volverse a unir al grupo de los suyos, y juntos se encaminaron a la ciudad en llamas para teletransportarse a cualquier otro sitio, las caras de los presentes eran tristes, algunos lloraban por la pérdida del bosque, otros parecían furiosos, pero todos mantenían un mismo sentimiento, el de la venganza. Los que quedaron allí les observaron hasta que desaparecieron detrás de una pequeña colina, se quedaron con las miradas fijas en el sitio exacto donde habían desaparecido.
- ¿Que haremos nosotros?-. Preguntó Ruth mirando a los presentes.
- Iremos a por tus armas y nos iremos de aquí cuanto antes-. Contestó Niva levantándose ya que aun estaba agachada a su lado. Marcos rodeó la cintura de Ruth para ayudarla a levantarse y el hada le dio un golpecito en el hombro, le hizo una seña con los ojos, que lo entendió perfectamente pero le extrañó, quería que no ayudara a su amiga, no entendió por que pero le hizo caso, antes de que la joven pudiera rodear su cuello se separó de ella y se puso al lado de Niva y de Toni mirándole.
- ¿Pensáis dejarme aquí?-. Preguntó Ruth que aun estaba sentada en el suelo, los demás se dieron la vuelta y comenzaron a alejarse de ella.
- No, pero tampoco pensarás que íbamos a cargar contigo en todo momento-. Dijo el hada girando la cabeza con una sonrisa en la boca.- No seas baga y levántate-. Miró a Marcos y le guiñó un ojo, entonces lo entendió todo, se detuvo y se giró para mirar a su amiga.

Estaba desconcertada, no podía mantenerse en pie, como iba a poder levantarse ella sola no lo entendía, giró la cabeza para mirar a los que se alejaban y les miró extrañada. Se fijó en la cara sonriente de Niva y pareció entenderlo, se miró las piernas y se las tocó con las manos, lentamente las fue doblando, sus ojos no lo podían creer, podía doblarlas sin apenas esfuerzo, Marcos sonrió al verlo.

Apoyó las manos en el suelo y se puso de rodillas, no se lo podía creer, el joven se quedó allí plantado mirando como su amiga se levantaba poco a poco, aun con cara incrédula apoyó un pie en el suelo y después el otro, y finalmente se levantó, parecía que se iba a caer, pero no lo hizo, al principio le temblaron las piernas pero aguantó en pie perfectamente. No dejaba de mirar al suelo y a Niva seguidamente, mientras que el hada sonreía ampliamente.
- ¿Como...Como es posible?-. Preguntó Ruth aun sin poder creérselo.
- Digamos que te he dado un empujoncito-. Contestó sonriendo.- No es aconsejable, pero digamos que no ha quedado otro remedio-. Se encogió de hombros.
- ¿Y no lo has podido hacer desde el principio?-. Preguntó la joven comenzando a dar sus primeros pasos, algo torpes pero decididos.
- Ya te he dicho que no es aconsejable, ya que la fuerza que tienes ahora en tus piernas, es, digamos, artificial-.
- ¿Y que problemas hay en eso?-.
- Digamos, que no es aconsejable-. Respondió simplemente.- Los portadores de magia creémos que no esta bien aportar magia para dar fuerza a un individuo-.
- Ya basta de cháchara, tenemos que irnos-. Informó Toni metiendo prisa, Ruth se les unió con pasos torpes, aun tendría que acostumbrarse a ''sus nuevas piernas''

Se dirigieron en seguida hacía la guarida de los hijos a recoger las armas de Ruth y algo de comida.
Inexplicablemente para Marcos, estaba intacto, había pasado por alto para los sombras.
- El sombra infiltrado debió de informar que no encontrarían nada aquí, por eso lo dejaron como está-. Informó Niva cuando entraron en el vestíbulo.
A pesar de las palabras de Niva ninguno bajó la guardia el tiempo que estuvieron allí dentro, aun podía haber algún sombra rondando por la casa, acordaron que el hada y Toni cogerían la comida mientras que Ruth y Marcos irían a por las armas de la joven.

Subieron en silencio al piso de arriba vigilando en todo momento preparados para luchar si se diera el caso.
- Tantos momentos aquí vividos, y ahora tener que dejarlo todo atrás-. Comentó Ruth cruzando el pasillo que daba a las habitaciones de los hijos de los elementos, Marcos estuvo de acuerdo aunque no dijo nada.
Se encaminaron por el pasillo en silencio, la primera puerta daba a la habitación de Marcos, metió la cabeza por una rendija y suspiró con tristeza, le costaba dejar todo aquello. La siguiente habitación era la de Toni, la puerta se encontraba cerrada, continuaron por el pasillo hasta la siguiente puerta, que era la de Ruth. Las armas estaban encima de la cama donde Marcos las había dejado el día en el que volvieron de Sidney, nadie las había movido lo mas mínimo, no estuvieron mucho tiempo allí, se ajustó el cinturón con sus respectivas fundas se las guardó y salieron de la habitación, sin antes asegurarse de que no había nadie en el pasillo. Una vez estuvieron seguros se volvieron a encaminar camino a las escaleras del piso de abajo, cuando se quiso dar cuenta, Ruth había retrocedido hasta la última puerta, era la de Meg, el joven se acercó a su amiga, que se encontraba frente a la habitación mirando adentro desde el pasillo, por sus mejillas corrían un par de lágrimas, ella y Meg siempre habían estado muy unidas y la noticia de su muerte había sido un golpe demasiado duro.
Marcos le rodeó la cintura y esta apoyó la cabeza en su hombro.
- Todo es muy extraño sin ella-. Comentó Ruth con voz entrecortada.
- Debemos seguir adelante, hasta el final-. Dijo con la mirada fija en la habitación.
Ruth se adelantó para cerrar la puerta.
- Por ella-. Esta vez su voz sonó firme y decidida, una vez hubo cerrado la puerta se volvieron a encaminar hacía las escaleras, los demás ya deberían estar esperándoles.


Y así era, los dos portaban dos mochilas repletas de comida y a los pies de Toni, había otra, en silencio la cogió Marcos y los cuatro se encaminaron a la puerta, ninguno tenía palabras para describir lo que sentían por dentro, el tener que dejar todo atrás por culpa de la oscuridad. Los cuatro como con un resorte echaron un vistazo al vestíbulo. Finalmente los cuatro salieron cerrando la puerta tras de si.




Y después de esta página haré un parón de un par de semanas, ya que aun tengo que escribir esta segunda parte que empieza y bueno entre novela y novela suele haber un tiempo de descanso...Espero que os haya gustado esta primera parte y nos vemos dentro de poco con la segunda parte ;)

jueves, 16 de enero de 2014

Página 57

- Entonces, ¿cual es ''la verdad'' según tu?-. Preguntó interrogándola.
- En ningún libro leído por entonces nombraba a los hijos de los elementos-. Se explicó, Marcos escuchaba atentamente.- Salvo en este-.
- ¿Y que pone en este libro?-.
- Deja de interrumpirme-. Se quejó el hada.- ''Los hijos de los elementos serán guardianes de la luz, que destruirá la oscuridad''-. Concluyó sonriendo, pero Marcos se encontraba desconcertado.
- Sigo sin entender que pinto yo aquí-. Dijo encogiéndose de hombros.
- Al principio, yo tampoco lo entendía, me hizo falta tomarme un tiempo para pensar-. Dijo Niva sonriendo ampliamente.- Hasta que al fin di con la respuesta-.
- ¿Y me la vas a decir, o te la vas a guardar para ti?-. Ya estaba de pie frente al hada, Toni escuchaba la conversación en silencio.
- ¿No lo entiendes? La luz, eres tu-. Contestó, una respuesta que le pilló por sorpresa.- Tu eres Lucem-.
- ¿Que soy que?-. Estaba muy desconcertado por aquello que le contaba.
- Tu eres la luz de la que habla la profecía-. Se explicó, ahora si lo entendía pero le sonaba una locura.- Los cuatro elementos se juntaron para formar la luz, para formarte a ti-.
- Te equivocas Niva-. Contradijo el joven negando con la cabeza.- Yo no tengo poderes, no se si te acuerdas-.
- Te equivocas tu-. Dijo el hada aun con la sonrisa puesta en la boca.- No conseguiste manifestar tus poderes y diste por echo de que no tenías, pero no es así-.
- Eres el hijo de la luz-. Añadió Toni sin poder callarse mas, también sonreía.
- No puedo ser el hijo de la luz-. Volvió a contradecir.- ¿Por que entonces no pude manifestar mis poderes?-.
- Por el simple echo de que aun no habían despertado, hasta esta mañana en Rio de Janéiro-.
- ¿Y que me dices de lo que sentí el día que me pegaron la paliza los matones de mi clase-.
- Ese día no despertaron, simplemente ''avisaron'' de que estaban ahí y no debías olvidarte de ellos-. Le miró esperando que lo entendiera.
- No lo entiendo-. Dijo simplemente mirando a sus amigos.
- Yo te lo explicaré-. Escucharon detrás de ellos, se giraron y vieron al elfo que se había acercado momentos antes. Se quedaron en silencio para escucharle.- Digamos, que los poderes tienen vida propia, año tras año, se va uniendo al alma de la persona. Tus poderes habían nacido contigo, al igual que con los hijos de los elementos, estáis mas unidos con vuestros poderes que cualquier mago que pueda haber, ya que ellos lo aprenden, no nacen con ellos-. Marcos dirigió una mirada a Ruth que seguía tendida en el suelo, en ese momento un hada que reconoció como su cuidadora se acercaba a preocuparse por ella, le tranquilizó ver que ella no estaba preocupada.- Es por eso por lo que cuando tu te encontrabas en peligro, tus poderes no podían permitirlo, y te dieron un aviso de que los usases contra ellos.
- Asique si hubiese sido el hijo del fuego, el día que me lo contaron mis padres-. Una visión de su familia se encendió en su mente y sonrió por dentro.- Mis poderes hubieran quedado encerrado-. El elfo asintió con un movimiento elegante.- ¿Y como estáis tan seguro de que yo soy el hijo de la luz?-. Eso era algo que aun no llegaba a entender. El elfo dirigió la mirada a Niva, quien parecía tener la respuesta.
- Encontramos unos escritos referentes al libro que trajimos del Tibet en la casa del sabio-. Se explicó.- Nos costó como ya te dicho descifrarlo pero todo encaja, los poderes que encontró dentro de ti el sabio, la rabia que salió de ti en Río, todo encaja, eres el hijo de la luz, y tus poderes han despertado-.
- ¿Como es que los sombras no se lo llevaron?, era lo que estaban buscando-. Pregunto extrañado.
- Te equivocas, ellos lo que buscaban era el libro, eso si se lo han llevado-. Explicó el hada.
- Aqua despierta-. Informó su cuidadora no muy lejos de ellos, Marcos vio que Ruth comenzaba a moverse y a abrir los ojos desconcertada, Marcos al verla corrió a su lado, el aun se sentía algo mareado y estubo apunto de caer pero se mantuvo en pie con torpeza, cuando llegaron a su lado su cuidadora se alejó para dejar solos a los hijos de los elementos (ya trataban a Niva como si una hija mas se tratara)

- ¿Como te encuentras?-. Preguntó Marcos cogiéndole la mano.
- Me duele la cabeza-. Respondió tocándosela con la mano que tenía libre.
- Has tragado demasiado humo, respirando ahora aire limpio, pronto te sentirás mejor-. Le animó el hada sonriendo, se encontraba a su izquierda, mientras que Toni se encontraba a su derecha.
Ruth dirigió la mirada hacía el bosque en llamas y pareció acordarse de pronto de todo lo ocurrido y una mirada aterradora se le dibujo en su rostro.
- ¿Que ha pasado Ruth?-. Preguntó Toni con cara de preocupación.
La joven sin apartar la mirada del bosque comenzó a hablar, su voz era temblorosa, parecía tener miedo de recordarlo.
- Escuché una gran explosión proveniente de la ciudad, mi cuidadora me dijo que la ciudad estaba en llamas y que los sombras nos estaban atacando-. Su voz ahora era entrecortada y apunto de llorar, devía de ser muy dura recordar todo aquello.- Había mucho revuelo fuera, las criaturas del bosque corrían de un lado a otro-.
- ¿Por que no lucharon?-. Interrumpió Marcos sin comprender.
- Suelen ser pacíficos, muy pocos sabemos luchar-. Explicó Niva, después se volvieron a quedar en silencio para seguir escuchando a Ruth.
- Yo estaba muy nerviosa, de pronto mi cuidadora entró en la cabaña bastante alterada-. Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas pero no cayó en ningún momento.- Me dijo que habían entrado al bosque y me andaban buscando. Rápidamente me escondí debajo de la cama. Minutos después, Ignis entró en la cabaña. No estaba solo-. Dijo la joven, parecía aterrada por lo que contaba.
- ¿Quien estaba con el?-. Preguntó Toni intrigado. Ruth negó con la cabeza
- No pude verle la cara-. Respondió.- Pero le trataba con mucha formalidad, como si de un superior se tratase-.
- ¿Es posible...?-. Comenzó a preguntar Marcos mirando a los presentes.
- De lo poco que conozco al hijo del fuego-. Marcos comenzó a pensar en su naturaleza, o al menos en quien ellos le habían dicho que era.- Puede que solo obedezca a una sola persona-. Hubo un silencio de varios segundos en los que se miraron unos a otros.- El hijo de la oscuridad-.
- Una sensación extraña inundó la habitación-. Continuó la joven con su historia, había miedo en su voz.- Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, y supe que iba a morir-.
- ¿Que hablaron entre ellos?-. Preguntó Niva agachándose a su lado ya que la joven aun seguía tirada en el suelo.
- Simplemente se preguntaron donde me encontrarían-. Respondió encogiéndose de hombros.- Finalmente se fueron a buscar a otro lugar-. Continuó.- Cuando todo se hubo tranquilizado, salí arrastrándome de la cabaña, quería salir de allí cuanto antes, por si volvían. Me arrastré varios metros por el bosque, y vi que unos metros mas allá estaba ardiendo-.
- Posiblemente lo incendió Ignis para asegurarse de que no escaparas-. Añadió el hada.
- Cuando ya creía que el fuego me alcanzaría un centauro me recogió, después debí de perder el sentido por que no me acuerdo de nada-.
- Ahora estás a salvo-. Dijo Marcos que se encontraba a su lado sosteníendole la mano.- No tienes nada de que temer-. Ruth inclinó la cabeza apoyándola en el hombro del joven, eso pareció tranquilizarle, algo que Marcos agradeció ya que no soportaba ver mal a su amiga.
- Pero si los hijos de los elementos no tienen nada que ver con la profecía ¿Por que querían matar a Ruth?-. Preguntó extrañado Toni.
- Quieren debilitar a Lucem, a toda costa-. Contestó el hada.
- No lo entiendo-. Dijo Marcos mirando a Niva
- ¿Quien es Lucem?-. Marcos le hizo señales indicándole que luego se lo contaría.
- Los hijos de los elementos cumplen un papel muy importante en todo esto-. Explicó.- A parte de ser los protectores del hijo de la luz, sin daros cuenta, estáis alimentando sus poderes con vuestra amistad-.
- Creo que ya lo e entendido-. Dijo el ahora hijo de la luz.- Mientras nos mantengamos unidos, mas poder tendrá Lucem-. No se acostumbraba a ese nombre, Niva asintió.
- No solo Marcos, es el objetivo de la oscuridad-. Continuó el hada.- También va a por vosotros, ya que sin vosotros, Marcos se debilita-. Ruth miraba a los presentes sin comprender nada.

- Ahora me va a explicar alguien que me he perdido mientras estaba inconsciente-. Se quejó amablemente la joven tirada en el suelo.

miércoles, 15 de enero de 2014

Página 56

Siento muchísimo haber tenido algo abandonado el blog.
Aqui vuelvo para colgar una página al día


Pero sus fuerzas le estaban volviendo a abandonar, volvía a tropezar constantemente, cada vez se sentía mas mareado debido a la inhalación del humo, no le quedaba mucho tiempo.
Pero cuando iba a caer desmayado algo ocurrió. Algo extraño que no estaban en los planes de Marcos.
Algo tiró de el con violencia, abrió los ojos y pudo comprobar que se estaba moviendo a gran velocidad, y lo que era mas increíble, estaba volando ¿Como era posible? Lo descubrió en el momento en el que giró la cabeza y vio a Niva con cara de concentración esquivando las ramas que caían y los árboles ardiendo que se ponían en su camino.
- Nos vamos de aquí-. Dijo el hada sin apartar la mirada de su camino.
- Ruth-. Dijo en forma de susurro antes de caer desmayado, había tragado demasiado humo.

Despertó minutos después con las ropas y el cuerpo que se encontraba al descubierto (manos y cara) negras debido al hollín que se había adherido a el por el tiempo transcurrido dentro del bosque en llamas. Aun se encontraba algo mareado y al principio le costó mantenerse con la mirada fija en un punto.
Unos ojos le observaban de cerca, tiempo atrás se hubiera sobresaltado, pero ya estaba acostumbrado a la mirada de Niva, le observaba sonriendo muy de cerca, era costumbre en ella hacerlo y ya no le molestaba lo mas mínimo.
- ¿Que ha pasado?-. Preguntó el joven incorporándose hasta quedar sentado, se dio cuenta de que se encontraba en el suelo, miró a su alrededor y vio el bosque que aun ardía unos metros mas allá.
- Te desmayaste cuando estabas en pleno vuelo-. Contestó Niva, Marcos se dio cuenta de que también tenía restos de hollín en su cuerpo y alas.- Una sensación única para los humanos, y te lo pierdes-. Bromeó.
Toni que estaba cerca de ellos se acercó a saludar a su amigo cuando vio que había despertado.
- ¿Habéis encontrado a alguien con vida?-. Preguntó dirigiendo la mirada hacía la ciudad ahora destrozada.
- Me temo que no-. Contestó Toni agachando la cabeza.- Encontramos al sabio muerto cerca de su casa.
- La ciudad entera esta llena de cadáveres-. Lamentó Niva mirándole con tristeza.
Entonces fue cuando se acordó el motivo por el que se había internado en el bosque en llamas.
- ¿Donde está Ruth?-. Preguntó alarmado mirando a sus amigos, la sonrisa dibujada en sus rostros le tranquilizó. Toni hizo una señal con la cabeza indicándole algo detrás suya, el joven se giró y vio a su amiga tendida en el suelo inconsciente.- ¿Esta bien?-. Se preocupó, Niva asintió sonriendo.
- La encontraron en el claro intentando huir del bosque-. Explicó el hada.
- ¿La encontraron?-. Preguntó extrañado.- ¿Quien la encontró?-. Miró a sus amigos que sonreían ampliamente, ahora fue Niva quien hizo el gesto con la cabeza para que mirará a su izquierda.

Lo que vio le dejó sin habla, no muy lejos de ellos, cientos de criaturas del bosque le miraban con caras serias, Gnomos, Elfos, Hadas, Ninfas, Centauros, y algunas criaturas que no logró adivinar de que se trataban, todos tenían la misma expresión de seriedad en sus rostros, Marcos se les quedó mirando, no se podía explicar como todas esas criaturas pudiesen esconderse tan bien cuando el pasaba, solo escuchar sus susurros, y alguna palabra suelta.
Un elfo se adelantó del grupo y se acercó a ellos.
- Señor Lucem-. Saludó el elfo, parecía joven, como cualquier elfo, tenía las orejas puntiagudas y tenía el pelo corto y negro acabado en punta, era alto y sus movimientos eran elegantes.
- Se equivoca, mi nombre es Ig...Marcos-. Se presentó acordándose de su descubrimiento acerca de sus poderes y su identidad.
- Quiero que sepas que la gente del bosque y yo, estamos a su entera disposición-. Dijo el joven elfo inclinando la cabeza ignorando las palabras de Marcos.- Iremos a la batalla y combatiremos a su lado-. Dicho esto se alejó para volver al grupo de extrañas razas del bosque, el joven no podía dejar de verlos, siempre había leído cuentos e historias sobre aquellos seres y tenerlos ahora tan cerca le fascinaba. Pero no pasó por alto las palabras de aquel elfo.
- ¿Que ha querido decir con que están a mi disposición?-. Preguntó girándose para mirar a Niva que no dejaba de mirarla, sus ojos tenían un brillo especial que no alcanzó a adivinar de que se trataba.
- Ya sabemos lo que estaba buscando el sabio en aquel libro que fuimos a buscar al Tibet-. Contestó el hada, no dejaba de mirarle, con una mirada que le incomodaba.- Ese elfo no te ha llamado ''Lucem'' por casualidad o por equivocación-.
- Entonces ¿que es Lucem?-. Preguntó cada vez mas extrañado, sin embargo Niva parecía entusiasmado, mientras que Toni solo le miraba sonriendo.
- Todo cobra sentido ahora-. Continuó el hada sin hacer caso a la pregunta de Marcos.-El por que el sabio había visto tanto poder dentro de ti, sin tu ser el hijo del fuego, por que la oscuridad te quiere...-.
- ¿Alguien me va a contar que pasa aquí?-. Preguntó el joven poniéndose nervioso por tanto secretismo. Niva que caminaba de un lado a otro se paró frente a el y le miró con una amplia sonrisa.
- La profecía decía: ''Cuando los cuatro elementos se junten formarán la luz, y entonces el final de la oscuridad habrá llegado''-.
- Has recitado muy bien el verso, pero ¿se puede saber que tiene que ver conmigo?-.
- Siempre hemos interpretado esas palabras erróneamente-.
- Los cuatro hijos de los elementos se juntarán para derrocar a la oscuridad-. Aclaró Marcos.- Pero Meg ha muerto, y el hijo del fuego está con ''los malos''-.
- Ese a sido nuestro error todo este tiempo-. Dijo Niva, aun estaba entusiasmada por lo que estaba contando.
- Entonces, ¿cual es ''la verdad'' según tu?-. Preguntó interrogándola.
- En ningún libro leído por entonces nombraba a los hijos de los elementos-. Se explicó, Marcos escuchaba atentamente.- Salvo en este-.
- ¿Y que pone en este libro?-.
- Deja de interrumpirme-. Se quejó el hada.- ''Los hijos de los elementos serán guardianes de la luz, que destruirá la oscuridad''-. Concluyó sonriendo, pero Marcos se encontraba desconcertado.
- Sigo sin entender que pinto yo aquí-. Dijo encogiéndose de hombros.

- Al principio, yo tampoco lo entendía, me hizo falta tomarme un tiempo para pensar-. Dijo Niva sonriendo ampliamente.- Hasta que al fin di con la respuesta-.

viernes, 3 de enero de 2014

Página 55

- Vámonos entonces-. Dijo Marcos mirando a Niva que asintió y acto seguido cerró los ojos concentrándose.
En unos segundos todo comenzó a temblar y sabía que ya se largaban de Brasil. Todo comenzó a dar vueltas, tuvo que agarrarse a Toni para no caerse, miró a Niva y le sorprendió verla como si nada estuviera sucediendo a su alrededor, los viajes solían durar unos cuantos segundos, pero a Marcos le parecía una eternidad.
- Nunca me acostumbraré a....-. Comenzó a decir cuando todo cesó de girar a su alrededor, pero un vuelco al estómago le hizo callar, fue palideciendo por momento al ver la escena que tenía delante.

Todas las casas estaban destruidas, algunas ardían y había escombros por todos los lados, ahogó un grito al mirar el suelo, estaba cubierto de gente que yacía sin vida, charcos de sangre cubría los alrededores de los cuerpos, giró sobre si mismo, intentando asimilar lo que estaban viendo sus ojos, sus compañeros tenían la misma cara pálida que el, ninguno se lo podía creer, les habían atacado cuando ellos estaban ausentes, entonces las palabras del sombra torturado cobraron sentido ''Ha llegado la hora'' ¿Se había referido a eso? ¿Había dado alguna orden para atacar la ciudad de los elementos? ¿Pero cuanto tiempo había pasado desde aquel momento? Una hora como mucho, era imposible que hubieran hecho todo eso en tan poco tiempo ¿Y que hay del ejército? Se respondió a esa duda al ver a varios soldados tirados sin vida no muy lejos de donde ellos se encontraban.
- ¿Como han podido hacer algo así?-. Preguntó Niva con un hilo de voz, sus ojos estaban fijos en el pequeño cuerpo de un niño de no mas de cinco años, estaba tendido boca arriba y tenía parte de la cara quemada. Por un instante Marcos pudo escuchar los gritos de toda esa gente intentando huir de la muerte, como intentaban salvar sus vidas inútilmente

Caminaron por las calles intentando encontrar alguien con vida, la ciudad estaba en silencio, solo se escuchaba el ruido que hacían las llamas quemar las maderas de las casas, todos se encontraban con los ojos llorosos, no podían creerlo, llegaron a la fortaleza del ejército, como toda la ciudad, estaba destrozado, cientos de soldados se encontraban tirados en los alrededores, no quisieron entrar asique continuaron con su camino. Marcos alzó la vista y a lo lejos pudo ver el bosque, ardiendo, fue entonces cuando se acordó ¿Como se había podido olvidar? Ruth. Sin decir nada comenzó a correr hacía allí, ninguno de sus amigos trató de frenarlo, no hacía falta dar explicaciones de donde se dirigía.

Camino al bosque se iba encontrando diferentes cuerpos tirados en el suelo, todos ellos se encontraban calcinados. La hierba que pisaba también tenía signos de quemado, y mientras corría se preguntaba que podía haber hecho aquello en un par de horas que habían pasado fuera, y mucho menos desde que el sombra había dado la orden. Estaba claro que ese ataque estaba planeado desde hacía mucho tiempo, para que se realizara con tanta rapidez. Y todo había ocurrido sin haber podido averiguar quien era el infiltrado.

Se paró frente a una pared de llamas que impedían el paso al bosque, los arboles ardían con fuerza, las ramas caían con estrépito al suelo calcinadas, los arbustos se rendían al poder de las llamas.
Una nube de humo negro contaminante se elevaba al cielo sin remedio.

Marcos buscó una manera de adentrarse en ese infierno de humo y llamas descontroladas, estaba desesperado, tenía que llegar adonde se encontraba Ruth, no sabía si seguiría con vida, tampoco quería pararse a pensar, no quería aceptar esa posible realidad.
Se llevó las manos a la cabeza, no veía ningún resquicio, corrió de arriba abajo, pero nada, todo estaba ardiendo, una locura se le pasó por la cabeza, pero no había otro remedio si quería cruzar el bosque, tendría que saltar entre las llamas, Ruth estaba en peligro y no debía de quedar mucho tiempo.

Se puso frente un hueco entre dos árboles donde las llamas no eran muy altas, un arbusto ardiendo se interponía entre el y el bosque. Soltó un largo suspiro y comenzó a correr hacía las llamas, notaba el calor en la cara mientras corría, entrecerró los ojos y no frenó, no pensaba hacerlo, tenía que salvar a Ruth. Cada vez estaba mas cerca de las llamas, y cada vez notaba mas el calor, pero no le importaba. Cuando estaba lo suficientemente cerca del fuego saltó por encima del arbusto ardiendo, tuvo que cubrirse la cabeza para no quemarse, ya que tendría que traspasar una cortina de llamas. Mientras lo hacía sintió el calor recorriéndole todo su cuerpo, cayó encima de un tronco ya calcinado, y cayó al suelo con un golpe seco, había llamas por todas partes. Se levantó con las rodillas y las manos doloridas, se cubrió con el cuello de la camiseta la boca y la nariz para inhalar el menor humo posible y comenzó a correr. Nunca había pasado por esa zona, no quería reconocer que no sabía donde se encontraba la cabaña donde estaba Ruth, asique comenzó a correr hacía una dirección escogida al azar.

El humo le hacía llorar, no veía casi nada, había dejado de correr sin sentido y ahora caminaba a tientas esquivando las llamas, giró sobre si mismo intentando que le sonara algo a su alrededor pero era inútil, nunca había estado allí, y si había estado nunca lo sabría ya que el fuego había cambiado el paisaje por completo, enormes ramas cortaban los caminos, el humo hacía imposible mirar mas de dos metros de donde se encontraba, pero el no se rendía. No paraba de toser debido a la inhalación de humo, la garganta la sentía muy irritada y ya casi no veía debido a los ojos rojos. Continuó caminando hacía ninguna parte, tenía la esperanza de que encontraría la cabaña, si es que seguía allí, se quitó ese pensamiento rápidamente de su mente, claro que seguiría allí, las llamas no habrían avanzado tanto, quería creerlo, estaba convencido de que era así, un tropezón le hizo apartar los pensamientos de su mente, cayó al suelo sobre sus rodillas ya doloridas, se giró para mirar que le había causado la caída. Se quedó petrificado al ver de que se trataba, una persona bastante mas pequeña que el, estaba tendida boca arriba, parecía sin vida, Marcos se acercó a examinarlo y lo confirmó, estaba muerto, era un ser extraño, tenía las orejas puntiagudas pero era muy bajito para ser un elfo, tenía una larga barba, era un gnomo, el joven lo observó atentamente, era una pena que cuando por fin tenía la oportunidad de ver algún ser fantástico que no fuese Niva o algún soldado del ejército, tuviese que estar muerto. Con un suspiro, volvió a levantarse dejando allí aquel cuerpo, y continuó andando sin rumbo. No sabía donde se encontraba, ni sabía donde se dirigía. El fuego y el humo lo inundaba todo a su alrededor. Las gotas de sudor el corrían por la cara, cada vez hacía mas calor.
- ¡Ruth!-. Gritó con la inútil esperanza de que la joven le escucharía y le contestaría. Como ya había esperado solo le contestó el chisporroteo de los árboles ardiendo

Sentía como el humo entraba por su boca y nariz y recorría la garganta hasta llegar a sus pulmones. Cada vez se sentía mas mareado, la falta de oxígeno le estaba causando estragos, su respiración era entrecortada y todo a su alrededor estaba borroso, sabía que no tardaría en desmayarse, las piernas le fallaban y en varías ocasiones estuvo apunto de chocar con un árbol ardiendo. Pero se mantenía en pié, tenía que encontrar a Ruth antes de que fuese demasiado tarde, si es que no lo era ya.

Cayó de rodillas, estaba agotado, no podía seguir, sus piernas le habían fallado dos veces y a la tercera ya no fue capaz de levantarse mas, se apoyo con las manos en el suelo, lo notaba caliente, casi ardiendo, pero el ya no lo sentía, los árboles ardían a su alrededor, pero no parecía notarlo, lloraba, y esta vez era de impotencia por no haber podido ayudar a Ruth. Se dejó caer echo un ovillo en el suelo

Sus pulmones estaban llenos de humo, podía notar como le quemaba por dentro, le costaba respirar allí tirado en el suelo, pero ya no tenía fuerzas para seguir, ni para ayudar a su amiga ni para salir de allí, estaba aterrado, tirado en el suelo echo una bola, pero no podía hacer mas, había cometido un error al haber entrado en aquel infierno de llamas y humo, pero ya no podía dar marcha atrás en el tiempo, moriría allí en aquel lugar perdido del bosque, sin posibilidad de que alguien pudiera encontrar su cuerpo.

No podía rendirse así de ese modo, había pasado demasiado para ahora caer en un incendio, era inútil pensarlo, con gran esfuerzo se levantó del suelo, le temblaron las piernas al principio pero pronto se adueño de ellas y comenzó a caminar y miró al frente, no podía ver mas de dos metros de el miró hacía todos lados, volviendo a intentar que le sonase algo, pero seguía siendo imposible, pero esta vez no se rendiría, no dejaría que sus piernas, le volvieran a fallar, seguiría luchando contra el cansancio que el humo le producía y encontraría a Ruth.

Pero sus fuerzas le estaban volviendo a abandonar, volvía a tropezar constantemente, cada vez se sentía mas mareado debido a la inhalación del humo, no le quedaba mucho tiempo.
Pero cuando iba a caer desmayado algo ocurrió. Algo extraño que no estaban en los planes de Marcos.
Algo tiró de el con violencia, abrió los ojos y pudo comprobar que se estaba moviendo a gran velocidad, y lo que era mas increíble, estaba volando ¿Como era posible? Lo descubrió en el momento en el que giró la cabeza y vio a Niva con cara de concentración esquivando las ramas que caían y los árboles ardiendo que se ponían en su camino.
- Nos vamos de aquí-. Dijo el hada sin apartar la mirada de su camino.
- Ruth-. Dijo en forma de susurro antes de caer desmayado, había tragado demasiado humo.