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Ya hemos llegado-. Le informó parándose delante de la entrada del
bosque.- No quieras saber todo el primer día, acabaras saturado.
Marcos
se quedó mirando la profundidad del bosque, habría jurado haber
visto a alguien allí dentro, respiró hondo y comenzó a andar,
cuando había dado un par de pasos se dio cuenta de que su hermano no
le seguía.
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Yo me quedo aquí Marcos-. Le informó Carlos.- Pero siguiendo ese
sendero de allí llegaras a un claro donde te estarán esperando
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Pero no me puedes dejar ahora-. Se quejó el joven mirándole
seriamente.- No estoy preparado para enfrentarme a todo esto solo-.A
su hermano se le dibujó una amplia sonrisa.
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Pero no vas a estar solo Marcos-. Le tranquilizó.- Yo ya no soy tu
compañero de aventuras, pero eso no quita que no vaya a estar
siempre que me necesites, Ahora tendrás, a la hija del agua, al hijo
del aire y a la hija de la tierra-. Le puso una mano sobre el
hombro.- Y ahora te dejo, que tengo cosas que hacer, nos vemos
Marcos. Siempre seré tu hermano no lo olvides.
Los
dos se fundieron en un abrazo, se volverían a ver, los dos lo sabían
pero entendían que allí llegaba el final de algo, y por ello se
despedían.
Vio
alejarse a su hermano, y se quedó allí solo sin saber muy bien que
hacer, lo único que tenia que hacer era andar por donde le había
indicado Carlos, pero el problema es que no se atrevía.
Una
vez mas mil preguntas se agolpaban en su mente, y todas se podían
responder cruzando aquel bosque, pero la pregunta mas importante era
si realmente quería cruzar el bosque, o ya empezaba a arrepentirse
de haber aceptado la misión.
Estuvo
allí plantado en el mismo sitio varios minutos mas, preguntándose
si aun podía elegir, o una vez habiendo aceptado, no había vuelta
atrás.
Las
dudas venían acompañadas del miedo a toda la responsabilidad que le
había caído sobre los hombros.
Simplemente
eran unos críos de diecisiete, que les habían encomendado la misión
de acabar con algo que amenazaba con acabar con el mundo.
Finalmente
respiró hondo apartando todas esas ideas de la cabeza y decidió
adentrarse en el bosque.
Al
cabo de unos minutos los nervios comenzaron a jugarle una mala
pasada, escuchaba ruidos raros y de vez en cuando veía alguna
silueta, para tranquilizarse todo aquello lo achacaba a las ramas de
los arboles, pero no estaba muy convencido.
Continuó
caminando, y lo que eran metros andados a el le parecían kilómetros.
Los
ruidos pasaron a ser susurros, Marcos cada vez tenia mas miedo, y
tenia la sensación de que dentro de poco no podría controlar a sus
piernas y echaría a correr para salir de allí lo antes posible.
Cada vez estaba mas seguro que aquellos susurros eran voces, y
aquellas siluetas no eran simplemente ramas, se sentía observado y
eso le hacia ponerse mas nervioso.
Empezaba
a preguntarse si había hecho bien en adentrarse en aquel bosque, o
si se había perdido. Ya había andado lo que a el le parecía varios
kilómetros sin ver a nadie. Excepto las siluetas que no dejaban de
aparecerse entre los susurros. No podía dar dos pasos sin mirar a su
espalda, cada vez la sensación de que le observaban era mas fuerte y
cada vez se sentía mas asustado.
Cuando
ya estaba a punto de darse la vuelta y echar a correr a lo lejos vio
lo que parecía ser un claro.
Comenzó
a andar mas y mas rápido, solo quería sentirse a salvo, o al menos
creerse que lo estaba para tranquilizarse, Sentía pinchazos en el
estómago mientras andaba pero no le importaba, quería salir de allí
cuanto antes, dejar de oír aquellas voces, cada vez estaba mas cerca
de aquel claro y el ruido parecía haberse intensificado, Marcos no
pudo aguantar mas y hecho a correr, hasta llegar al claro. Pero
cuando llego no vio nada.
Simplemente
era un espacio donde el sol podía pasar a través de los arboles que
formaban un círculo casi perfecto alrededor de ese claro de luz,
como si no pudiesen pasa y estuviesen esperando a que les hicieran
una señal para llenar ese hueco donde no había nada.
Marcos
miró a su alrededor con la esperanza de que no hubiese visto bien.
Pero como había visto la primera vez que había entrado, no había
nadie, estaba completamente solo, en aquel sitio. No era posible que
se hubiese equivocado de camino, habría jurado que en ningún
momento se había salido del sendero que su hermano le había
indicado, pero entonces, ¿Donde estaban los demás hijos?, Carlos le
había dicho que estarían esperando. El joven se dio la vuelta y vio
por donde había llegado y un escalofrío le recorrió todo el
cuerpo. No pensaba volver por ahí, al menos por ahora.
Se
acercó a un árbol y se sentó con la espalda apoyada en el tronco,
lo hizo lo mas cuidadoso posible para hacerse el menor daño posible,
aun le dolían los golpes, y tal y como le dolían, Marcos sabia que
aun duraría un par de días mas hasta que pudiese moverse con
naturalidad.
Se
llevó las manos a la cabeza e intentó tranquilizarse, y a hacerse a
la idea de que tendría que volver por donde había llegado, no le
hacia ninguna gracia pero tenia que hacerlo. No podía quedarse en
aquel claro para siempre.
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Debe ser el-. Escuchó delante de el, a levantar la cabeza vio a dos
chicas y un chico de su edad, le miraban sin interés.- ¿Quienes
sois vosotros?-. Preguntó Marcos levantándose con cierta dificultad
apoyándose en el tronco del árbol. Se fijó en ellos, tenia la
sensación que ya les conocía de antes.
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No te asustes-. Dijo el chico acercándose.- Supongo que somos tus
compañeros. Somos los hijos de los elementos.
Fin de la página y bueno como digo cada día, espero que os halla gustado y nos vemos mañana
y perdón de nuevo por la tardanza ;)