jueves, 31 de octubre de 2013

Página 8

Como ya he dicho aquí esta la página numero 8, que espero que os guste ;



                                                       Página 8


- Ya hemos llegado-. Le informó parándose delante de la entrada del bosque.- No quieras saber todo el primer día, acabaras saturado.

Marcos se quedó mirando la profundidad del bosque, habría jurado haber visto a alguien allí dentro, respiró hondo y comenzó a andar, cuando había dado un par de pasos se dio cuenta de que su hermano no le seguía.
- Yo me quedo aquí Marcos-. Le informó Carlos.- Pero siguiendo ese sendero de allí llegaras a un claro donde te estarán esperando
- Pero no me puedes dejar ahora-. Se quejó el joven mirándole seriamente.- No estoy preparado para enfrentarme a todo esto solo-.A su hermano se le dibujó una amplia sonrisa.
- Pero no vas a estar solo Marcos-. Le tranquilizó.- Yo ya no soy tu compañero de aventuras, pero eso no quita que no vaya a estar siempre que me necesites, Ahora tendrás, a la hija del agua, al hijo del aire y a la hija de la tierra-. Le puso una mano sobre el hombro.- Y ahora te dejo, que tengo cosas que hacer, nos vemos Marcos. Siempre seré tu hermano no lo olvides.
Los dos se fundieron en un abrazo, se volverían a ver, los dos lo sabían pero entendían que allí llegaba el final de algo, y por ello se despedían.

Vio alejarse a su hermano, y se quedó allí solo sin saber muy bien que hacer, lo único que tenia que hacer era andar por donde le había indicado Carlos, pero el problema es que no se atrevía.
Una vez mas mil preguntas se agolpaban en su mente, y todas se podían responder cruzando aquel bosque, pero la pregunta mas importante era si realmente quería cruzar el bosque, o ya empezaba a arrepentirse de haber aceptado la misión.
Estuvo allí plantado en el mismo sitio varios minutos mas, preguntándose si aun podía elegir, o una vez habiendo aceptado, no había vuelta atrás.
Las dudas venían acompañadas del miedo a toda la responsabilidad que le había caído sobre los hombros.
Simplemente eran unos críos de diecisiete, que les habían encomendado la misión de acabar con algo que amenazaba con acabar con el mundo.
Finalmente respiró hondo apartando todas esas ideas de la cabeza y decidió adentrarse en el bosque.
Al cabo de unos minutos los nervios comenzaron a jugarle una mala pasada, escuchaba ruidos raros y de vez en cuando veía alguna silueta, para tranquilizarse todo aquello lo achacaba a las ramas de los arboles, pero no estaba muy convencido.
Continuó caminando, y lo que eran metros andados a el le parecían kilómetros.
Los ruidos pasaron a ser susurros, Marcos cada vez tenia mas miedo, y tenia la sensación de que dentro de poco no podría controlar a sus piernas y echaría a correr para salir de allí lo antes posible. Cada vez estaba mas seguro que aquellos susurros eran voces, y aquellas siluetas no eran simplemente ramas, se sentía observado y eso le hacia ponerse mas nervioso.
Empezaba a preguntarse si había hecho bien en adentrarse en aquel bosque, o si se había perdido. Ya había andado lo que a el le parecía varios kilómetros sin ver a nadie. Excepto las siluetas que no dejaban de aparecerse entre los susurros. No podía dar dos pasos sin mirar a su espalda, cada vez la sensación de que le observaban era mas fuerte y cada vez se sentía mas asustado.
Cuando ya estaba a punto de darse la vuelta y echar a correr a lo lejos vio lo que parecía ser un claro.

Comenzó a andar mas y mas rápido, solo quería sentirse a salvo, o al menos creerse que lo estaba para tranquilizarse, Sentía pinchazos en el estómago mientras andaba pero no le importaba, quería salir de allí cuanto antes, dejar de oír aquellas voces, cada vez estaba mas cerca de aquel claro y el ruido parecía haberse intensificado, Marcos no pudo aguantar mas y hecho a correr, hasta llegar al claro. Pero cuando llego no vio nada.

Simplemente era un espacio donde el sol podía pasar a través de los arboles que formaban un círculo casi perfecto alrededor de ese claro de luz, como si no pudiesen pasa y estuviesen esperando a que les hicieran una señal para llenar ese hueco donde no había nada.
Marcos miró a su alrededor con la esperanza de que no hubiese visto bien. Pero como había visto la primera vez que había entrado, no había nadie, estaba completamente solo, en aquel sitio. No era posible que se hubiese equivocado de camino, habría jurado que en ningún momento se había salido del sendero que su hermano le había indicado, pero entonces, ¿Donde estaban los demás hijos?, Carlos le había dicho que estarían esperando. El joven se dio la vuelta y vio por donde había llegado y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. No pensaba volver por ahí, al menos por ahora.
Se acercó a un árbol y se sentó con la espalda apoyada en el tronco, lo hizo lo mas cuidadoso posible para hacerse el menor daño posible, aun le dolían los golpes, y tal y como le dolían, Marcos sabia que aun duraría un par de días mas hasta que pudiese moverse con naturalidad.
Se llevó las manos a la cabeza e intentó tranquilizarse, y a hacerse a la idea de que tendría que volver por donde había llegado, no le hacia ninguna gracia pero tenia que hacerlo. No podía quedarse en aquel claro para siempre.
- Debe ser el-. Escuchó delante de el, a levantar la cabeza vio a dos chicas y un chico de su edad, le miraban sin interés.- ¿Quienes sois vosotros?-. Preguntó Marcos levantándose con cierta dificultad apoyándose en el tronco del árbol. Se fijó en ellos, tenia la sensación que ya les conocía de antes.

- No te asustes-. Dijo el chico acercándose.- Supongo que somos tus compañeros. Somos los hijos de los elementos.

Fin de la página y bueno como digo cada día, espero que os halla gustado y nos vemos mañana
y perdón de nuevo por la tardanza ;)

Página 7

Siento no haber subido página ayer pero me resultó imposible debido a un fallo en Blogger, que agradezco que ya se haya solucionado, y bueno a partir de ahora la novela sigue su curso con la página 7 y la página 8 que subiré seguidamente.



                                                     Página 7



Entonces se dio cuenta de que aquello era de lo que hablaban la noche anterior su familia, y eso era lo que le estaban ocultando pero ¿por que?
-Se lo que estas pensando-. Dijo el anciano, haciendo sobresaltar a Marcos, quien había estado en silencio todo ese tiempo.- Si te hubiesen contado tu origen antes de haber despertado tus poderes, gran parte de ellos hubiesen quedado encerrados-. Le explicó.- No sabemos el porque ocurre eso, pero necesitamos que despierten de una manera natural.
- Es por eso que tuvimos que crearte una familia-. Continuó su madre.- Para que no te enteraras de una manera fortuita.
- Ayer, cuando nos contaste lo que sentiste cuando paso todo aquello-. Siguió su hermano.- Nos dio a entender que habían despertado tus poderes, pero no podíamos arriesgarnos.
- Pero ese es el riesgo que hay que correr-. Dijo su padre mirándole.- Cuando los poderes despiertan la oscuridad lo sabe, es por eso que esta mañana han intentado acabar contigo.

Marcos escuchaba atentamente, sin poner ninguna pega al respecto, comprendió entonces que si le habían ocultado todo aquello, había sido por su bien, y es por ello que en silencio se lo agradeció con una media sonrisa mirándoles uno a uno.

- Dicho esto-. continuó El anciano.- Tu entrenamiento comienza, puesto que tener esos poderes también conlleva una responsabilidad, y el saber controlarlos es el primer paso-. Con una inclinación de cabeza dio por finalizada la conversación
Cuando salieron de la casa del anciano, la elfa se despidió de ellos y siguió su camino.
Ellos fueron por el lado contrario. Estuvieron en silencio, hasta que llegaron a de las muchas casas que había allí.
- Bien Marcos-. Dijo su madre dándose la vuelta.- Aquí, acaba nuestra misión, a partir de ahora dejamos de ser los guardianes del hijo del fuego-. ¿Significaba eso que se despedirían para siempre?.
- ¿Entonces esto es un adiós?-. Preguntó mirándoles.
- No, nada de eso-. Negó rápidamente su padre.- Seguiremos siendo tu familia si eso es lo que quieres-. Le puso las manos sobre los hombros mirándole con una amplia sonrisa en la boca.- Dejémoslo en que ha llegado la hora de que te independices-.
Los cuatro rieron, pero Marcos estuvo de acuerdo, iría a verles siempre que pudiese.
Su hermano y el se despidieron de ellos que se quedaron en aquella casa, y ellos continuaron su camino.
- ¿Y donde vamos?-. Preguntó cuando ya empezaban a caminar de nuevo.
- A conocer a tus compañeros de viaje-. Contestó mirándole con media sonrisa, eso le produjo cierto nerviosismo.
Una duda le asaltó de golpe en la mente.
- ¿Tu siempre has sido mi guardián?-. Preguntó extrañado, su hermano asintió y escuchó atentamente.- Si nos llevamos apenas dos años ¿Como podías haberme defendido con tres años?
- Querían hacerte una familia, normal y corriente y que tuvieras a alguien con quien poder hablar-. Comenzó a explicar, mientras bajaban una calle que daba a la plaza donde se habían aparecido.- A si que cuando te encontraron, buscaron a unos guardianes con un hijo-. Marcos lo entendió de inmediato, el único que no permanecía a la familia era el, a pesar de ser el miembro mas importante.- Cuando tu creías que estaba en la escuela, en realidad estaba aquí entrenándome para ayudar a mis...Nuestros padres-. Se corrigió a si mismo.- Pero ahora esa misión ha concluido.
Continuaron caminando por la ciudad esquivando a las personas que se les cruzaban en su camino, hasta salir de la ciudad, a lo lejos se veía un bosque, era allí donde se dirigían.
- ¿Como son?-. Preguntó Marcos.- Los otros hijos de los elementos-. Completó la pregunta al ver la cara de extrañado de su hermano.
-Eso lo tendrás que descubrir tu mismo-. Contestó encogiéndose de hombros.- El tiempo que he estado aquí lo he pasado entrenando así que no conozco mucho de aquí.

Poco a poco se iban acercando cada vez mas al bosque, Marcos cada vez se encontraba mas y mas nervioso, no sabia con quien se iba a encontrar allí, pero por suerte estaba con su hermano, que le daba tranquilidad.
- ¿Como surgen los hijos de los elementos?-. Era una pregunta que se la hacia desde que se había enterado quien era.
- Nosotros creemos que cada uno de los elementos tienen conciencia propia-. Comenzó a explicar.- Entonces hace años decidieron, diecisiete mas concretamente, mandar cada uno a un hijo suyo para poner fin a todo esto y acabar con la oscuridad de una vez por todas.
- ¿Y tan poderosos somos?-.
- Se dice, que uno solo, no podría hacer gran cosa contra la oscuridad-. Explicó.- Pero los cuatro elementos juntos, son imparables...Con un buen entrenamiento detrás, claro esta.
- ¿Y como...? Comenzó a formular otra pregunta pero su hermano lo interrumpió.
- Ya hemos llegado-. Le informó parándose delante de la entrada del bosque.- No quieras saber todo el primer día, acabaras saturado.



Como ya he dicho ahora seguidamente subiré la siguiente página como prometí al principio de empezar este blog.
Espero que os haya gustado esta página y nos vemos en un ratito ;)

martes, 29 de octubre de 2013

Página 6

Y seguimos con la página 6, como siempre digo, espero que os guste, y bueno no me voy a enrollar demasiado, aquí os la dejo.



                                                         Página 6



- Marcos, al principio de esta conversación te he hecho una pregunta-. Dijo la mujer rubia.- ¿Te unirás a nosotros?

Le empezó a dar vueltas a la cabeza ¿Por que iba a fiarse de aquella extraña? pero por otro lado también se lo proponía su familia, siempre habían querido lo mejor para el, estaba muy confuso por todo aquello, por un lado pensaba que seria lo mejor, habían estado esperando a el (y a tres personas mas), para que juntos, se deshicieran de la oscuridad, pero por otro lado no paraba de repetirse que aquello era una locura, finalmente levantó la cabeza y asintió seriamente.
Todos sonrieron a la vez, a momento, la desconocida mujer mando cerrar los ojos y eso hizo.
Al momento sintió un cosquilleo en el estómago como si se acabara de montar en la montaña rusa.
-Hemos llegado-. Dijo la voz suave de la mujer, Marcos incrédulo abrió los ojos, y tubo que sujetarse a su hermano para no caerse.- Bienvenido, a la ciudad de los Elementos-.
Se encontraban en medio de una plaza llena de gente, todos vestían con túnicas de colores vivos, nadie parecía haber percatado su presencia.

Marcos miró al suelo y vio que estaban dentro de un círculo de diversos símbolos.
Cuando el joven comenzaba a reponerse de lo que acababa de experimentar por primera vez los otros cuatro comenzaron a andar entre la gente, Marcos les siguió no muy por detrás de los demás.
Estaba fascinado por todo lo que veía, los edificios de la ciudad habían sido cambiados por casas que al igual que las ropas de las gentes, eran de colores vivos. Las calles de aquella ciudad eran anchas y muy transitadas, había puestos ambulantes por las calles y los niños corrían contentos.
Marcos no paraba de mirar con mucho interés, quería recoger cada uno de los pequeños detalles, para no dejarse nada por ver, pudo ver, gente hablando tranquilamente, fuentes, señoras intentando ahorrarse algunas monedas en la compra, mientras miraba todo aquello hubo algo que le llamo la atención mas que otras cosas, Una enorme muralla se levantaba en lo alto de una colina, se podía ver detrás de ella varias torres.
-Esa es la fortaleza de los guardianes-. Le dijo su hermano que se había colocado a su lado. Este asintió y siguió quedándose con todos y cada uno de los detalles.
- La mujer esa-. Preguntó señalando con la cabeza a la mujer que les había recogido en el descampado.
- Si, es una elfa-. Contesto Carlos leyéndole la mente.- Es una de las pocas que colabora con los guardianes-. Marcos se quedó con la boca abierta, ya se le había pasado por la cabeza, pero se negaba a aceptar aquella idea.
En aquel momento se le pasaban muchísimas preguntas por la mente, pero decidió no hacerlas, ya las iría haciendo poco a poco para no acabar agobiando a su hermano.

Continuaron andando un rato mas, siempre por calles principales donde había mas gente, estuvieron el resto del trayecto en silencio, empezó a preguntarse si la elfa le gustaría hablar o preferiría el silencio, mientras andaba a Marcos se le ocurrieron miles de preguntas estúpidas que podía hacerle a un elfo, una especie que hasta ese momento creía que eran seres de cuentos de fantasía.
La elfa se paró delante de una casita pequeña en mitad de una calle, Marcos supuso que habían llegado, y no se equivocaba, estuvo plantada delante de la puerta, y al cabo de unos instantes la puerta se abrió y al otro lado vio a un hombre mayor de pelo blanco atado con una coleta. Uno a uno fueron pasando, cuando Marcos se acerco a aquel hombre, no pudo evitar fijarse en sus ojos, eran al igual que su pelo, blancos, al instante comprendió que era ciego. Pero extrañamente, el joven se sintió observado por el hombre.
- Así que este es el joven elegido-. Dijo antes de quedarse en silencio, una vez mas Marcos tuvo la sensación que era observado, y eso era lo que parecía, fruncía el ceño como si estuviese intentando mirar a través de el, como si realmente viera.- Su alma es pura-. Dijo por fin.- A pesar de su miedo interior, es una persona muy fuerte, y valiente, lo único que tiene que hacer es confiar en si mismo, y podrá llegar a donde se lo proponga-. Marcos, al igual que los demás le escucharon atentamente.
Su madre iba a decir algo pero para sorpresa de Marcos el anciano le mando callar con un movimiento de la mano.
- Valla...-. El viejo parecía sorprendido por algo que había descubierto.- Tiene un gran poder...Nunca había visto algo así-. Hubo un largo silencio en el que nadie se atrevió a decir nada.- Definitivamente, Marcos, es el hijo del fuego, y sus poderes han despertado por si solos.
El joven noto un alivio entre los presentes, algo que el no entendió el por que.¿Y como que poderes?, lo que el entendió con esas palabras fueron que no solo era el hijo del fuego, si no que tenia poderes...¿Que poderes?
Entonces se dio cuenta de que aquello era de lo que hablaban la noche anterior su familia, y eso era lo que le estaban ocultando pero ¿por que?


Gracias a toda esa gente que lee mi novela (que se que estáis ahí) y bueno espero que sigáis por aquí cada día

lunes, 28 de octubre de 2013

Página 5

Aquí os traigo como cada día una nueva página de mi novela fantástica ''Los 4 Elementos'' que espero que os guste ;)



                                                 Página 5



- Eso no somos nosotros los que tenemos que contestar a esa pregunta-. Le dijo su padre, colocándole la mano sobre el hombro.- Hemos llegado.

Marcos miró a su alrededor, y no vio nada ni nadie, estaban en el descampado que tantas veces había cruzado para ir y volver del instituto, y donde se había ganado aquella paliza el día anterior, recordar aquello le produjo un pinchazo de dolor.
- ¿Que hemos llegado adonde?-. Preguntó empezándose a cuestionar la veracidad de toda la historia que le habían contado sus padres y hermano.
- No seas impaciente hijo-. A pesar de haberle ya confesado de que no era su madre, Marcos comprendió que seguiría llamándolo así, y el seguiría llamando a esos tres, ahora extraños, su familia, puesto que eran con quien se había criado y quienes les habían educado, protegido y dado de comer.
Marcos sonrió pensando todo aquello y asintió, la confianza por ellos volvió y esperó en silencio.

El joven comenzó a pensar en todo lo que había cambiado su vida en tan solo un par de horas, había pasado de ser un simple marginado al que sus compañeros de clase acosaban, a ser, como su familia había dicho, el hijo del fuego, que por ahora el no sabia que significaba, pero por lo que el había entendido, era algo muy importante.
Marcos iba a volver a hablar después de varios minutos en silencio pero tubo que ahogar un grito cuando delante de ellos una mujer se apareció de repente, su pelo era rubio, casi blanco, y una sonrisa, que parecía llevar de serie se le dibujaba en los labios, era mucho mas alta que Marcos, y este habría jurado que sus orejas eran puntiagudas.
Mientras intentaba reponerse del asombro su familia comenzó a hablar con la extraña mujer en un idioma que no lograba reconocer. De vez en cuando la recién llegada le dirigía miradas curiosas.
Cuando acabaron se giraron para mirarle y fue la de orejas puntiagudas la que habló.
- Hola Marcos-. Su voz era suave y delicada.- Mi nombre es Adalaerin, y pertenezco a los guardianes-. Marcos asintió, y se preguntó por que ese nombre tan raro.- Tu, eres una parte muy importante, te necesitamos para derrocar a la oscuridad-. Continuó hablando, su sonrisa seguía dibujada en su rostro.- Pero, seria muy egoísta por nuestra parte, obligarte a participar en una guerra, que hasta ahora se te hacia desconocida-. Hizo una pausa, aprovechó ese instante para mirar a la familia de Marcos.- Por eso, quiero que sepas, que la decisión, es solo tuya.
- ¿Que riesgos correría, si decido unirme?-. Preguntó tras unos instantes pensativo, aunque se podía hacer una idea tratándose de una guerra, como aquella mujer había llamado a aquello.
Se miraron unos a otros y fue su padre quien habló.
- Los riesgos son muy altos-. Comenzó a decir.- Nuestros antepasados llevan parando a la oscuridad durante siglos, esperando en que los cuatro hijos de los elementos se unan para derrocarla para siempre.
- Podríamos seguir frenándolos, pero tarde o temprano no podremos mas-. Fue su hermano quien habló.
- ¿Pero como es posible que no halla salido nada de eso en las noticias?-. Era una pregunta que le estaba dando vueltas en la cabeza desde hacia rato.
- Si que salen-. Contesto la mujer rubia.- Huracanes, terremotos, tornados-.
- Cuando hay una batalla-. Esta vez le tocaba hablar a su madre.- Nosotros nos hacemos invisibles para el resto de los mortales.
- Pero las consecuencias de esa batalla no-. Su padre se puso mas serio de lo que estaba.- Terremotos, Huracanes... Todo eso son los resultados de esta guerra.
Marcos no podía creer lo que estaba oyendo. Cada vez que había visto la noticia de un huracán o un tornado, en realidad era una batalla.

Estuvieron en silencio un rato que al joven se le hizo eterno, intentaba reordenar todos sus pensamientos, el era el hijo del fuego, sus padres y hermano, no eran su familia, si no una especie de protectores, que ahora le pedían su ayuda para derrotar a la oscuridad.

- Ese hombre que me atacó-. Rompió el silencio mirando a los presentes.- ¿De quien se trataba?-.
- Nadie sabe su nombre, ni que aspecto tiene-. Contestó su hermano.- Solo sabemos que es el líder de la oscuridad.
- Marcos, al principio de esta conversación te he hecho una pregunta-. Dijo la mujer rubia.- ¿Te unirás a nosotros?



domingo, 27 de octubre de 2013

Página 4

Aquí os traigo como cada día una nueva página de mi novela, esta vez con la cuarta página que espero que disfrutéis al leerla como yo lo hice al escribirla. espero que os guste


                                                      Página 4




 Marcos sabia que iba a morir, siempre había creído que no tenia miedo a la muerte, pero ahora que estaba tan cerca no podía dejar de suplicar en silencio que no lo hiciese. Algo dentro de el sabia que seria inútil, hacer esas súplicas en voz alta, sabia que iba a morir, cerró los ojos y esperó la estocada.

Pero eso nunca ocurrió, y ruido de choque de metales, lo sobresaltó, no se atrevía a abrir los ojos, en su mente aun persistía la imagen de una espada pegada a su cuello.
Podía oír mas ruidos de metales, Marcos se preguntaba si eso era lo que se oía cuando ibas a morir.
- ¡ Marcos, abre los ojos de una vez!-. Esa voz la reconocía demasiado bien, era la de su hermano,¿era producto de su imaginación, o realmente lo había escuchado? decidió hacer caso y los abrió, no podía creerse lo que estaba viendo en aquel momento.
Si había sido su hermano quien había hablado, y ahora sostenía en ristre una espada, y peleaba a muerte con aquel extraño.
- ¡Corre Marcos!-. Le gritó Carlos, sin apenas mirarle puesto que no podía dejar de esquivar los golpes que su rival le asestaba una y otra vez con una velocidad sobrenatural.- Vete a casa, y no mires atrás-.
Marcos seguía sin poder moverse, aquello que estaba viendo era algo demasiado subrealista para ser cierto, pero lo estaba presenciando el mismo con sus propios ojos.
Carlos dio un empujón a su rival dejando un pasillo para que Marcos pasara, y este lo aprovechó, y corrió a su casa.

Cuando iba a entrar, se dio cuenta de que no tenia la mochila, pero eso poco importaba ahora, acababa de dejar a su hermano, en una lucha a muerte con espadas con un extraño vestido de negro. No paraba de preguntarse si aquello realmente lo había visto.
Se extrañó al ver a sus padres en casa, se les notaba nerviosos, pero pareció que se tranquilizaron en cuanto vieron a su hijo.
- Creíamos que te había pasado algo-. Dijo su madre abrazándole, su padre les miraba desde el otro lado del salón.
- ¿Por que me iba a pasar algo malo mamá?-. Preguntó respondiendo al abrazo que le daba, decidió callarse lo que acababa de vivir, puesto que ni el mismo se lo creía.
- Siéntate hijo-. Le indicó su padre mientras el mismo se sentaba en uno de los sillones.- Tenemos que contarte algo-.
Marcos les miró extrañados pero no rechistó, se sentó y esperó a que hablaran.
- Sabemos lo que acaba de pasar-. Marcos no se lo podía creer, su padre tendría que estar hablando de otra cosa, entonces le vino a la cabeza.
- Si no he ido al instituto hoy es por que me encontraba mal y...-. Mintió.
- No se trata de eso Marcos y lo sabes-. Le interrumpió su madre sujetándole la mano mientras sonreía, sus ojos marrones se cruzaron con los de Marcos.
En ese momento, Carlos entró en casa, Marcos se quedó mirando a su hermano, ya no portaba la espada, pero sangraba de un brazo.
- Tenemos que irnos ya-. Informó.- He conseguido despistarlo pero no por mucho tiempo-.
- ¿Que coño esta pasando?-. El joven estaba mas confuso que nunca, miro a sus padres que se habían puesto de pie.
- No hay tiempo Marcos, te lo contaremos por el camino-. Su madre le miraba, y eso le tranquilizó
- ¿Y donde vamos?-.
- Lo sabrás cuando lleguemos-. Le contestó su padre ya abriendo la puerta.
Le extrañó que no hiciesen maletas ni nada para ese sitio al que iban, pero no rechistó ni preguntó mas, su familia parecía nerviosa y prefirió no entretenerlos mas con sus preguntas.
Permanecieron en silencio durante unos minutos, pero finalmente fue su madre la que hablo.
- Esto que te vamos a contar te parecerá difícil de creer-. Comenzó.- No somos tu familia-. Esa frase la recibió como un puñetazo en el estomago.
- ¿Soy adoptado?-. Se atrevió a preguntar.
- No, nada de eso-. Rió su padre, pero de inmediato volvió a ponerse serio.- Nosotros formamos parte de una organización que trata de defender a los cuatro elementos-. Marcos conocía esos cuatro elementos, agua, fuego, tierra y aire.- Mas concretamente, a los hijos de los elementos-.
- Nos llamamos los guardianes-. Continuó su hermano.- Y desde hace siglos hemos luchado contra un quinto elemento. La oscuridad-.
- ¿A donde queréis llegar?-. Preguntó Marcos puesto que no entendía nada de lo que querían decir.
Continuaban andando por las calles de la ciudad. El joven no sabia a donde se dirigían simplemente les seguía sin preguntar a donde.
- Marcos-. Su madre hizo una pausa antes de dar la noticia.- Tu no naciste del vientre de una mujer-. No sabia como reaccionar ante esa noticia, pero sin saber por que, una idea se le pasó por la mente, y si.....
- Eres el hijo del fuego-. Su padre contestó a la duda que le rondaba por la mente.
- ¿Que soy quien?-. Preguntó incrédulo.
- Se que es difícil, pero lo eres Marcos-. Dijo Carlos.- Y nuestra misión, desde que naciste a sido protegerte
- ¿Y por que no me lo dijisteis desde el principio?-. Preguntó, barajando la opción de que aquello fuese verdad.
- Eso no somos nosotros los que tenemos que contestar a esa pregunta-. Le dijo su padre, colocándole la mano sobre el hombro.- Hemos llegado.


Fin de la cuarta página, como he dicho antes espero que os haya gustado y nos vemos mañana con la quinta página de ''Los 4 Elementos''


sábado, 26 de octubre de 2013

Página 3

Aquí vengo un día mas para dejar la siguiente página de la novela ''Los 4 Elementos''
Espero que os guste



                                                      Página 3



Y eso hizo, Marcos pasó a relatarles la misma historia que le había contado a su hermano, que escucharon con interés, y al igual que cuando se lo contó a Carlos notó ciertas miradas extrañas, Marcos no las hizo caso, el dolor que sentía en todo el cuerpo le podían estar haciendo ver cosas que no había.
Cuando terminó sus padres le mandaron a descansar y eso hizo, se volvió a meter en su habitación, se puso el pijama y se tumbo, le costó coger la postura correcta para que el cuerpo le doliera lo menos posible, no paraba de pensar lo que había sentido, y con ese pensamiento se durmió.
Cuando despertó ya había anochecido, por un momento se había olvidado de lo ocurrido a la tarde e intento levantarse de la cama como de costumbre y un pinchazo le recorrió todo el cuerpo que hizo retorcerse de dolor. Después de eso trató de levantarse mas despacio, le costo mas de un minuto hacerlo. Ahora le dolían mucho mas los golpes y la cara sentía que le ardía debido a las heridas. Escuchó las voces de sus padres y su hermano en el salón, no entendía muy bien lo que decían, pero al parecer estaban hablando en voz baja por alguna razón que el desconocía. Entre abrió la puerta de su habitación y pudo escuchar mas claramente lo que decían.
- No podemos arriesgarnos de esa manera-. decía su padre, parecía algo alterado.- ¿Y si solo a sido la adrenalina del momento?
- Los tres sabemos que no ha sido nada de eso-. Le contradecía su madre.- Ha despertado y tiene que saberlo cuanto antes-.
Marcos no pudo esperar mas y decidió abrir la puerta. Los tres se callaron al momento y le miraron intentando disimular
-¿Estas mejor hijo?-. Le preguntó su padre intentando disimular.
- Ehh...si, gracias-. Contestó Marcos mirándoles extrañado,¿de que estarían hablando, y que le estarían ocultando? decidió no decir lo que acaba de escuchar
- Te noto extraño hijo-. Observó su madre extrañada.- ¿Seguro que estas bien?-. Este asintió esbozando una sonrisa, produciéndole dolor en las mejillas.
Decidieron no seguir hablando del tema, durante la cena, Marcos mientras comía no paraba de preguntarse de que habrían estado hablando, sentía que de vez en cuando se seguían dirigiéndose miradas extrañas, pero decidió no decir nada, ya que simplemente podía ser cosa suya. Después de la cena este decidió irse a dormir, se encontraba demasiado dolorido y quería que aquel día se acabase cuanto antes, mañana seria otro día.
En seguida se sumió en un profundo sueño, y en ese sueño aparecía un recién nacido en medio de un bosque, alrededor suya parecía haber ardido.
Se despertó con el sueño en la cabeza, no paraba de darle vueltas, había tenido sueños raros, pero aquel le despertó cierto interés.

Desayunó con el sueño en la cabeza, a parte de la conversación que la noche habían tenido su familia. ¿Quien había despertado, y porque seria tan importante?
Cuando hubo desayunado se vistió, colocó su mochila y salió dirección al instituto cojeando y aun dolorido, pero Marcos sabia que después de aquella agresión sabia que le dejarían en paz unos días.
Ya caminando por la calle una voz le hace estremecerse de pies a cabeza, al girarse ve a unos metros de el a un hombre vestido de una manera muy extraña. Llevaba una gabardina que le llegaba a los pies y una capucha le tapaba la cara.
Algo dentro de Marcos le gritaba que se alejara de el lo antes posible, y eso hizo, se dio la vuelta y salió corriendo, sabia que no le seguía pero incomprensiblemente seguía corriendo, y no paraba correr hasta saber que estaba muy lejos de aquel extraño, a pesar de que el cuerpo le estaba suplicando a través de pinchazos de dolor que parase.
Mientras corría no paraba de preguntarse quien seria aquel tipo y que querría de el.

Siguió corriendo durante unos minutos, las sienes le palpitaban, nunca había sentido tanto miedo como en aquel momento, problemas que el tenia sobre la conversación que le habían ocultado su familia la noche anterior se había esfumado y ahora solo quería huir.
Subió una calle a toda velocidad, la gente que se cruzaba se le quedaba mirando extrañado, pero eso a Marcos no le importaba, doblo la esquina de la floristería por la que tantas veces había pasado por delante. Al instante se maldijo a si mismo por haber hecho eso, ya que donde se había metido era un callejón sin salida. Los nervios y el miedo le habían jugado una mala pasada.
Se quedó mirando la pared unos segundos, y finalmente se echo a reír.
¿Por que corría? seguramente aquel hombre ni siquiera le había mirado a el. Seguía riendo al imaginar la cara de aquel extraño al ver a un adolescente huir de el. Se relajó y se dio la vuelta para seguir su camino al instituto.
El corazón se le paró durante un instante. Allí estaba, en la entrada del callejón aquel extraño del que había huido. Marcos se pegó a la pared sin poder reaccionar.
- Hace tiempo que te buscaba Marcos-. Dijo el extraño mientras se iba acercando, su voz le hacia estremecerse por completo, era fría y escalofriante.
Marcos no podía pensar, ni reaccionar. ¿Quien era el, y que quería de el?
-Ahora no lo sabes, pero eres una persona muy especial-. Marcos no podía verlo debido a la capucha que le tapaba la cara, pero sin saber por que sabia que aquel hombre estaba sonriendo.- Ven conmigo y déjame mostrártelo-. Seguía acercándose y no parecía querer detenerse hasta estar a unos metros de el.
- Qui...¿Quien eres?-. Pudo gesticular tartamudeando. A cada paso que aquel extraño daba, su miedo aumentaba.
-¿Que quien soy?-. Ya estaba a menos de dos metros de Marcos y se paró por fin, el joven respiro hondo y pudo tranquilizarse un poco.- El que te puede ofrecer un poder ilimitado si te unes a mi-.
¿Poder ilimitado? a Marcos le daba vueltas la cabeza, su mente ahora trabajaba lo mas rápido posible, ¿a que se refería con eso de poder ilimitado?
El extraño no dijo mas solo extendió el brazo tendiéndole la mano.
Marcos le miró de arriba abajo, ¿por que iba a hacer caso a un chalado? el joven negó con la cabeza, aun con miedo.
- Bien, pues solo queda otra salida-. A toda respuesta, el extraño hizo aparecer una espada que rápido levantó y apunto con ella el cuello de Marcos.- No me dejas otra opción-.
Marcos se quedó blanco como la cal, al ver todo aquello, aun así su mente seguía pensando con rapidez, aunque solo para hacer preguntas ¿De donde había sacado la espada?¿como no la ha podido ver antes?

Marcos sabia que iba a morir, siempre había creído que no tenia miedo a la muerte, pero ahora que estaba tan cerca no podía dejar de suplicar en silencio que no lo hiciese. Algo dentro de el sabia que seria inútil, hacer esas súplicas en voz alta, sabia que iba a morir, cerró los ojos y esperó la estocada.


Fin de la página 3, espero que os haya gustado, y nos vemos mañana

viernes, 25 de octubre de 2013

Cuenta de Twitter

Escribo esto, no para dejar la página numero 3, ya sabéis que será una página al día y la página de hoy ya esta colgada...
Escribo esto para deciros que ya me podéis seguir en Twitter, donde iré colgando todo acerca las novelas que escribo, etc etc...

https://twitter.com/IsaacSaelices

Página 2

Aquí vengo para presentaros la segunda página de mi novela Los 4 elementos que espero que os guste.
Para que lo sepáis, cada vez que ponga una nueva página, al principio pondré el último párrafo de la página anterior para que nadie se pierda.


                                                     Página 2


Cuando se cansaron de patear todo su cuerpo se marcharon dejando a Marcos tirado en el suelo amoratado y sangrando.
Le costó varios minutos levantarse debido al dolor que sentía por todo el cuerpo, cuando lo hizo cogió su mochila, se la colgó al hombro y fue cojeando a su casa, aun con esa sensación dentro de el.

Sus padres se encontraban trabajando, lo hacían hasta ya entrada la noche.
Entró en su casa, ahora que los golpes se habían enfriado, le dolía aun mas, pero seguía sin importarle, entro en el salón, era amplio, en el centro había dos sofás blancos que apuntaban a una televisión, en una esquina se encontraba un sofá con una mesita y una lamparita donde se solían sentar a leer sus padres, también había una mesa con varias sillas, y una estantería llena de libros..
Marcos dejo la mochila en su habitación, y fue al baño a limpiarse las heridas. cogió alcohol para desinfectárselas y unas cuantas gasas y se puso frente al espejo.
Fue entonces cuando alguien pasó por delante de la puerta y se le quedó mirando impresionado. Era Carlos, su hermano mayor.
- Que coño te ha pasado-. Dijo cuando salió de su asombro cogiéndole la cara y examinando las heridas. Carlos siempre había sido muy protector con Marcos, y nunca había dejado que nadie le hiciera daño.
- No ha pasado nada tranquilo-. Marcos apartó la cara y empapó una de las gasas en alcohol, la sensación que había sentido antes,seguía ahí pero se hacia menos presente que cuando había surgido.
- Ha sido ese Sergio y sus matones otra vez verdad-. No necesitaba que Marcos le contestara, ya que sabia la respuesta.- Te juro que mañana se enteran-. Carlos parecía cabreado, y Marcos sabia que lo estaba.
- Déjate de tonterías Carlos-. Intentó calmarlo, aunque sabia que eso seria inútil.- A sido mi culpa, esta vez me e enfrentado a ellos-.
Su hermano le miró incrédulo, no se podía creer lo que le acababa de decir.
Marcos le contó todo lo que había pasado, lo que había sentido para enfrentarse a ellos y que le impulsó a hacerlo. Carlos le escuchaba interesado, siempre se habían contado todo el uno y el otro, no eran los típicos hermanos, pasaban la mayor parte del tiempo juntos sin pelearse ni discutir por cualquier tontería.
-¿Entonces dices que sentiste que algo dentro de ti ardía-. Preguntó interesado, Marcos asintió aun curándose las heridas,haciendo muecas de dolor cada vez que la gasa empapada en alcohol tocaba su piel. Carlos no dijo nada mas, simplemente se quedó allí como si lo examinara, Marcos tenia la sensación que su hermano le miraba de una forma extraña.
-¿Te pasa algo?-. Marcos no podía aguantar mas esa mirada clavándose en el. Carlos negó con la cabeza y sonrió
- Papá y mamá están apunto de llegar-. Informó alejándose del baño.- Intenta disimular esas heridas todo lo que puedas o te la cargarás-. Sus padres, ese día saldrían antes de trabajar.

Pasaron unos minutos mas hasta que consiguió que el labio le dejara de sangrar, pero la mejilla izquierda comenzaba a amoratarse, y eso iba a ser imposible ocultarlo. Cuando hubo acabado guardó cada cosa en su sitio y se encerró en su habitación a escuchar música. Al poco rato escucho la puerta de la entrada, sus padres acababan de llegar. Apagó la radio y salió al salón, sus padres tenían dibujadas sus sonrisas en los labios, que se esfumaron en cuanto vieron a su hijo.
-¿Que te ha pasado hijo?-. Le dijo su madre cogiéndole la cara como había hecho su hermano, que en ese momento salia también de su habitación. Su madre era una mujer alegre y muy positiva, demasiado pensaba Marcos en ocasiones, llevaba su pelo rubio de media melena recogido en una coleta y su mirada era de preocupación.
- Nada, me he pegado en el instituto-. Marcos no había contado nada a sus padres sobre el acoso que sufría.
- Mentira-. Dijo su hermano detrás suya, Carlos nunca le había delatado cuando había hecho algo malo y siempre se habían apoyado.- Marcos, ya esta bien de mentir, cuéntales lo mismo que me has contado a mí-. Su mirada transmitía seguridad, y el enfado que empezaba a sentir por su hermano al haber dicho eso se esfumó al momento.

Y eso hizo, Marcos pasó a relatarles la misma historia que le había contado a su hermano, que escucharon con interés, y al igual que cuando se lo contó a Carlos notó ciertas miradas extrañas, Marcos no las hizo caso, el dolor que sentía en todo el cuerpo le podían estar haciendo ver cosas que no había.

Cuando terminó sus padres le mandaron a descansar y eso hizo, se volvió a meter en su habitación, se puso el pijama y se tumbo, le costó coger la postura correcta para que el cuerpo le doliera lo menos posible, no paraba de pensar lo que había sentido, y con ese pensamiento se durmió.



Fin de la página 2 espero que os haya gustado tanto como a mi escribirla y nos vemos mañana ;)

jueves, 24 de octubre de 2013

Los 4 elementos

Bien, como había dicho, en breve comenzaría colgando el primer cacho de mi novela, pues aquí esta.

Título: Los 4 elementos
Argumento: Marcos, un joven de 17 años, vive con su familia en una ciudad de España , vive tranquilamente, hasta que una mañana recibe la visita de un extraño hombre de negro.
Eso le hace enterarse que su vida gira entorno a una mentira, y en realidad no es un chico normal y corriente como había crecido creyéndolo, si no que se trata del hijo del fuego. El junto a los demás hijos de los elementos , tendrán que involucrarse en una guerra que se combate desde el principio de los tiempos, contra un quinto elementos, la oscuridad.

Bueno este es el argumento. Espero que os haya picado la curiosidad.
A continuación os dejaré la primera página de esta novela


                                                         Página 1




 Eran las dos de la tarde y la sirena que anunciaba el final de clase sonó, Marcos comenzó ha recoger sus cosas lo mas rápido que podía para que no pasara lo de todos los días. Metió los libros y el estuche en la mochila ,de cualquier manera, y salio casi corriendo de clase.

No recordaba haber hecho nada para ganarse tal desprecio por parte de sus compañeros, pero un día cualquiera del segundo año de instituto un grupo de su clase decidió meterse con el, y desde entonces había tenido que aguantar sus burlas e insultos.
Recordaba haberse quejado al director, y había conseguido que los expulsaran una semana, pero eso solo agravó el asunto, y los insultos pasaron a agresiones físicas. Así que Marcos decidió no volver a quejarse, para que no fuera a mas.

Atravesó los pasillos esquivando adolescentes, lo mas rápido que podía, ya estaba cerca de la salida, giraría a la izquierda en la próxima esquina y estaría fuera. Y eso hizo, abrió la puerta y salió del centro, no los veía por ningún lado, ese día iba a tener suerte, llegaría a casa sin ningún altercado. Comenzó a subir la calle casi corriendo, adelantando a los alumnos que habían salido minutos antes que el, de vez en cuando miraba rápidamente detrás suya por si lo seguían pero en ninguna de las ocasiones vio rastro de ellos.

No paraba de repetirse a si mismo que se había librado, y ahora solo quería llegar a casa, tenía miedo y seguía con la sensación de que le iban a asaltar en cualquier esquina... Y así fue, al girar la esquina del supermercado allí estaban, sentados en un banco esperándole, eran cinco y todos parecían impacientes, Marcos intentó darse la vuelta sin que le vieran pero fue inútil. En unos segundos caminaban a su lado mirándole con sonrisas malvadas.
- ¿Pensabas que hoy te ibas a librar de nosotros?-. No necesitó levantar la cabeza del suelo para reconocer aquella voz, se trataba de Sergio, el ''líder'' de aquel grupo de matones.
Marcos permaneció callado intentando ignorarles, aun sabiendo que aquello seria inútil. Un día mas, tendría que soportar a aquellos acosadores.

Marcos seguía sin entender por que le pasaba eso a el, nunca había hecho o dicho nada a nadie, era el típico adolescente que cede el asiento a las personas mayores en el bus, y no se metía con nadie, ni en la calle ni en el instituto, Marcos pensaba que tal vez esa era la razón por la que pagaban con el sus frustraciones, por no ser violento y maleducado con los demás.

- ¿ Eh inútil no ves que te estoy hablando?-. Aquella pregunta amenazadora vino acompañada de una colleja.- Te he preguntado que adonde ibas tan rápido.
- Dejarme en paz-. Dijo Marcos sin levantar la cabeza, aquella colleja le había dolido mas que otras veces, pero se negaba a quejarse, simplemente soportaría el mal trago, para que pasara lo mas rápido posible.- No os he hecho nada para que me tratéis así-. Intentaba no parecer asustado, pero pensaba que no le estaba saliendo nada bien, ya que aquella frase solo produjo risas de sus agresores.
- ¿Que no has hecho nada?-. Preguntó Sergio agarrándole de la nuca agachándole aun mas la cabeza.- Ponerte en nuestro camino ¿te parece suficiente?-. Sus cuatro amigos rieron su ''ingeniosa'' ocurrencia.
- Pues no-. Contestó con gesto de dolor en el rostro, algo dentro de el despertó, algo que había estado dormido mucho tiempo y ansiaba por salir a la luz. Esta vez se negaba a aguantar mas.- Habéis sido vosotros los que estabais en mi camino-. Se reveló Marcos quitándose de un manotazo, tiró la mochila al suelo furioso, y se encaró a Sergio, que lo miraba sorprendido, pero pronto una sonrisa se le dibujo en el rostro.
No dijo nada, le dio un manotazo en la cara empujándolo dejando claro quien mandaba, pero Marcos esta vez no agacharía la cabeza, aquello que había despertado, le empezaba a arder, habría jurado que le había subido la fiebre, y necesitaba soltarla de algún modo, así que miro a Sergio desafiante y le soltó un puñetazo en el estómago. Sus matones le miraron sorprendidos, y tardaron en reaccionar, pero cuando lo hicieron le sujetaron de los brazos inmovilizándolo.
- No sabes lo que acabas de hacer-. Marcos nunca había visto a Sergio tan furioso, pero incomprensiblemente, a este no le importaba,parecía como si el corazón se le fuese a salir del pecho, y se sentía bien, no se arrepentía, miró a su alrededor, y vio que no había nadie a su alrededor, se encontraban en el descampado que todos los días Marcos cruzaba para acortar camino hasta su casa.
Miró a los ojos a Sergio con gesto serio, y una sonrisa se le dibujó después del primer puñetazo, le había alcanzado la mandíbula y ahora un hilo de sangre le salia por la comisura del labio, ese primer puñetazo vino acompañado de dos mas, pero a pesar de todo Marcos seguía con la sonrisa en la boca.

Sergio cada vez parecía mas furioso, al no conseguir hacer sufrir a su víctima.
- ¿Por que no paras de reírte?-. Le grito agarrándole del pelo.
- Por el simple echo de que me siento bien-. Dijo ampliando mas su sonrisa, las mejillas empezaban a enrojecer, y sus dientes eran del color de la sangre.- El que me estés pegando una y otra vez no cambian las cosas.
Sergio le miró, después dirigió su mirada a sus matones, que entendiendo lo que quería decir, le soltaron y se unieron a su líder, que comenzaron a golpearle.
Marcos cayó al suelo y se hizo una bola, aguantando los golpes, a pesar de eso no paraba de preguntarse que era esa sensación que le ardía por dentro pero le hacia sentirse bien.

Cuando se cansaron de patear todo su cuerpo se marcharon dejando a Marcos tirado en el suelo amoratado y sangrando.

Le costó varios minutos levantarse debido al dolor que sentía por todo el cuerpo, cuando lo hizo cogió su mochila, se la colgó al hombro y fue cojeando a su casa, aun con esa sensación dentro de el.


Fin de la página 1, espero que os haya enganchado y mañana estéis aquí para leer la segunda página 

Esto empieza

Quiero dar la bienvenida a mi blog. No quiero alargarme demasiado por que se que las entradas demasiado largas os suele aburrir
¿De que tratara?...Desde muy pequeño me ha apasionado escribir todo tipo de historias, y esa afición por la escritura sigue ay.

Y es por eso por lo que he abierto este blog, Aquí iré colgando historias, novelas, relatos cortos...Un poco de todo relacionado con la escritura.
Y como antes he dicho antes, os aburre leer tanto, los cachos de novela que colgaré no serán muy extensos, e intentare colgar un cacho cada día.
Si algún día no cuelgo nada, perdonarme (a mis, espero futuros lectores), al día siguiente tendréis ración doble


Esto es todo por ahora y en breve colgaré el argumento de mi primera novela.
Muchas gracias y espero que os guste ;)