viernes, 17 de enero de 2014

Página 58

- Ahora me va a explicar alguien que me he perdido mientras estaba inconsciente-. Se quejó amablemente la joven tirada en el suelo.

Sus amigos se lo contaron todo acerca de su nuevo descubrimiento acerca de la profecía, también le contaron lo ocurrido con los seres del bosque, y su decisión de luchar junto al hijo de la luz.
Después le contaron lo ocurrido en Rio de Janeiro, no se dejaron ningún detalle para que lo comprendiera todo sin tener que preguntar nada, Ruth parecía entenderlo.

- ¿Que vamos a hacer ahora?-. Preguntó la joven dirigiendo la mirada a la ciudad en llamas, los otros tres la imitaron, Marcos dibujó un rostro de tristeza
- Tendremos que irnos-. Contestó Niva girando la cabeza para mirar el bosque, que había sido su casa durante mucho tiempo.- No es seguro que nos quedemos aquí-.
- ¿Y donde iremos? No tenemos ningún otro sitio-. Dijo Toni mirando al hada que seguía con la mirada fija en el bosque.
- Iremos a las ciudades que nos necesiten, esto aun no a acabado-. Su voz sonó firme y llena de rabia.
- ¿Y que hay de ellos?-. Preguntó Marcos señalando con la cabeza a las criaturas del bosque.
- Nos estarán observando en todo momento-. Contestó Niva.- Y estarán listos para la batalla donde se decidirá todo-. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Marcos, hace un tiempo ese combate lo veía lejísimos, ahora que pensaba en el, parecía que se decidiría al día siguiente, aunque nadie podía saber cuando se haría.
- Hijos de los elementos, Niva-. Dijo el elfo que se había vuelto a acercarse, Marcos no se había dado cuenta de que lo había hecho hasta que lo tuvo encima, el sigilo de los elfos le inquietaba.- Las criaturas del bosque nos iremos, a buscar un nuevo hogar, y estaremos preparados cuando llegue la hora de luchar-. Con una inclinación de cabeza se alejó para volverse a unir al grupo de los suyos, y juntos se encaminaron a la ciudad en llamas para teletransportarse a cualquier otro sitio, las caras de los presentes eran tristes, algunos lloraban por la pérdida del bosque, otros parecían furiosos, pero todos mantenían un mismo sentimiento, el de la venganza. Los que quedaron allí les observaron hasta que desaparecieron detrás de una pequeña colina, se quedaron con las miradas fijas en el sitio exacto donde habían desaparecido.
- ¿Que haremos nosotros?-. Preguntó Ruth mirando a los presentes.
- Iremos a por tus armas y nos iremos de aquí cuanto antes-. Contestó Niva levantándose ya que aun estaba agachada a su lado. Marcos rodeó la cintura de Ruth para ayudarla a levantarse y el hada le dio un golpecito en el hombro, le hizo una seña con los ojos, que lo entendió perfectamente pero le extrañó, quería que no ayudara a su amiga, no entendió por que pero le hizo caso, antes de que la joven pudiera rodear su cuello se separó de ella y se puso al lado de Niva y de Toni mirándole.
- ¿Pensáis dejarme aquí?-. Preguntó Ruth que aun estaba sentada en el suelo, los demás se dieron la vuelta y comenzaron a alejarse de ella.
- No, pero tampoco pensarás que íbamos a cargar contigo en todo momento-. Dijo el hada girando la cabeza con una sonrisa en la boca.- No seas baga y levántate-. Miró a Marcos y le guiñó un ojo, entonces lo entendió todo, se detuvo y se giró para mirar a su amiga.

Estaba desconcertada, no podía mantenerse en pie, como iba a poder levantarse ella sola no lo entendía, giró la cabeza para mirar a los que se alejaban y les miró extrañada. Se fijó en la cara sonriente de Niva y pareció entenderlo, se miró las piernas y se las tocó con las manos, lentamente las fue doblando, sus ojos no lo podían creer, podía doblarlas sin apenas esfuerzo, Marcos sonrió al verlo.

Apoyó las manos en el suelo y se puso de rodillas, no se lo podía creer, el joven se quedó allí plantado mirando como su amiga se levantaba poco a poco, aun con cara incrédula apoyó un pie en el suelo y después el otro, y finalmente se levantó, parecía que se iba a caer, pero no lo hizo, al principio le temblaron las piernas pero aguantó en pie perfectamente. No dejaba de mirar al suelo y a Niva seguidamente, mientras que el hada sonreía ampliamente.
- ¿Como...Como es posible?-. Preguntó Ruth aun sin poder creérselo.
- Digamos que te he dado un empujoncito-. Contestó sonriendo.- No es aconsejable, pero digamos que no ha quedado otro remedio-. Se encogió de hombros.
- ¿Y no lo has podido hacer desde el principio?-. Preguntó la joven comenzando a dar sus primeros pasos, algo torpes pero decididos.
- Ya te he dicho que no es aconsejable, ya que la fuerza que tienes ahora en tus piernas, es, digamos, artificial-.
- ¿Y que problemas hay en eso?-.
- Digamos, que no es aconsejable-. Respondió simplemente.- Los portadores de magia creémos que no esta bien aportar magia para dar fuerza a un individuo-.
- Ya basta de cháchara, tenemos que irnos-. Informó Toni metiendo prisa, Ruth se les unió con pasos torpes, aun tendría que acostumbrarse a ''sus nuevas piernas''

Se dirigieron en seguida hacía la guarida de los hijos a recoger las armas de Ruth y algo de comida.
Inexplicablemente para Marcos, estaba intacto, había pasado por alto para los sombras.
- El sombra infiltrado debió de informar que no encontrarían nada aquí, por eso lo dejaron como está-. Informó Niva cuando entraron en el vestíbulo.
A pesar de las palabras de Niva ninguno bajó la guardia el tiempo que estuvieron allí dentro, aun podía haber algún sombra rondando por la casa, acordaron que el hada y Toni cogerían la comida mientras que Ruth y Marcos irían a por las armas de la joven.

Subieron en silencio al piso de arriba vigilando en todo momento preparados para luchar si se diera el caso.
- Tantos momentos aquí vividos, y ahora tener que dejarlo todo atrás-. Comentó Ruth cruzando el pasillo que daba a las habitaciones de los hijos de los elementos, Marcos estuvo de acuerdo aunque no dijo nada.
Se encaminaron por el pasillo en silencio, la primera puerta daba a la habitación de Marcos, metió la cabeza por una rendija y suspiró con tristeza, le costaba dejar todo aquello. La siguiente habitación era la de Toni, la puerta se encontraba cerrada, continuaron por el pasillo hasta la siguiente puerta, que era la de Ruth. Las armas estaban encima de la cama donde Marcos las había dejado el día en el que volvieron de Sidney, nadie las había movido lo mas mínimo, no estuvieron mucho tiempo allí, se ajustó el cinturón con sus respectivas fundas se las guardó y salieron de la habitación, sin antes asegurarse de que no había nadie en el pasillo. Una vez estuvieron seguros se volvieron a encaminar camino a las escaleras del piso de abajo, cuando se quiso dar cuenta, Ruth había retrocedido hasta la última puerta, era la de Meg, el joven se acercó a su amiga, que se encontraba frente a la habitación mirando adentro desde el pasillo, por sus mejillas corrían un par de lágrimas, ella y Meg siempre habían estado muy unidas y la noticia de su muerte había sido un golpe demasiado duro.
Marcos le rodeó la cintura y esta apoyó la cabeza en su hombro.
- Todo es muy extraño sin ella-. Comentó Ruth con voz entrecortada.
- Debemos seguir adelante, hasta el final-. Dijo con la mirada fija en la habitación.
Ruth se adelantó para cerrar la puerta.
- Por ella-. Esta vez su voz sonó firme y decidida, una vez hubo cerrado la puerta se volvieron a encaminar hacía las escaleras, los demás ya deberían estar esperándoles.


Y así era, los dos portaban dos mochilas repletas de comida y a los pies de Toni, había otra, en silencio la cogió Marcos y los cuatro se encaminaron a la puerta, ninguno tenía palabras para describir lo que sentían por dentro, el tener que dejar todo atrás por culpa de la oscuridad. Los cuatro como con un resorte echaron un vistazo al vestíbulo. Finalmente los cuatro salieron cerrando la puerta tras de si.




Y después de esta página haré un parón de un par de semanas, ya que aun tengo que escribir esta segunda parte que empieza y bueno entre novela y novela suele haber un tiempo de descanso...Espero que os haya gustado esta primera parte y nos vemos dentro de poco con la segunda parte ;)

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