sábado, 30 de noviembre de 2013

Página 30

Siento mucho la tardanza, ya está todo solucionado, y aquí vuelvo para seguir colgando esta novela que espero que os esté gustando


- La misión es relativamente sencilla, y con un poco de suerte no tendremos que enfrentarnos a nadie-. Concluyó el hada.- Es hora de dormir, mañana nos espera un día duro, nos vemos mañana en la plaza al salir el sol-. Diciendo esto Niva se dirigió a la puerta y salió camino al bosque. Ninguno se movió en varios minutos, no sabían que decir, tenían miedo, había llegado el día en el que se enfrentarían a la oscuridad, y ahora todos dudaban al respecto, pasados la media hora, decidieron subir cada uno a su habitación.

Ninguno durmió esa noche, Marcos lo sabía pero decidió no salir de su habitación, estuvo dando vueltas por su habitación varias horas, de vez en cuando miraba su arma, la cogía y la miraba con detenimiento los pequeños detalles que se escapaban a simple vista, los ojos del dragón dibujado en la empuñadura eran brillantes y tenía un aspecto aterrador, las llamas del filo parecían estar en movimiento, cosa que impresionó a Marcos.
- Buenos días-. Saludó Marcos al bajar las escaleras había sido un saludo lleno de temor, estaba amaneciendo y se acercaba la hora, los cuatro ya estaban reunidos en el vestíbulo con sus respectivos trajes de batalla, que habían aparecido como por arte de magia a los pies de la cama bien entrada la noche, eran simples y cómodos para que pudieran moverse con soltura. Cada traje tenía su color característico, el de Marcos era de color rojo, el de Meg, era verde, el de Ruth, azul y el de Toni era amarillo todos brillantes, en el centro del pecho tenían grabado el escudo donde un sol rodeaba a los cuatro elementos.
- ¿Por que el mio es amarillo?-. Preguntó Toni mirándose a si mismo.
- Por la simple razón-. Oyeron detrás suya, Niva en ese momento entraba por el gran portón de la guarida ataviada con su respectivo traje de lucha, el suyo era un verde distinto al de Meg.- Que el blanco es representado por el elemento que forman los cuatro elementos juntos, la luz-. Llevaba sus dagas colgadas del cinturón, y sus alas habían adquirido un color mas oscuro, Marcos pensó que con ese aspecto inspiraba cierto temor. Toni entendió encogiéndose de hombros.
<<Por esa razón los guardianes llevan ese blanco en sus armaduras>>
- Creía que nos esperarías en la plaza-. Dijo Ruth, que al igual que todos los demás, en su rostro se podía leer la preocupación.
- Pensé que unas pequeña reunión antes de marchar no os vendría nada mal-. Su sonrisa característica, volvía a estar dibujada en su rostro.
- Tienes razón, no nos vendría nada mal-. Dijo Marcos sonriendo, por mas que intentara disimular, su temor no desaparecía, iba a entrar en batalla sin ni siquiera haber aprendido a usar sus poderes. Los cinco hicieron un círculo y los cuatro hijos dirigieron las miradas hacía el hada.
- Va a ser vuestra primera batalla-. Comenzó diciendo.- Quiero que sepáis, que una batalla nunca es agradable, sea quien sea que muera-.
- Pero creía que estábamos aquí para eliminar a la oscuridad-. Cortó Toni extrañado.
- Y así es-. Coincidió Niva mirando al joven.- Pero, eso no quiere decir que os vaya a gustar lo que vais a ver-.
- ¿A que te refieres?-. Ruth parecía estar asustada, Marcos le cogió la mano intentando animarla.
- No sabemos con lo que nos vamos a encontrar cuando lleguemos-. Continuó su discurso.- Es muy probable que encontremos edificios derruidos, cadáveres tirados por las calles...-.
- Creía que iba a ser un discurso alentador-. Dijo Meg cortando el discurso de Niva, se dibujó una sonrisa de temor en sus labios.
- Sois los cuatro elementos-. Dijo extendiendo los brazos abarcando a los cuatro jóvenes.- Si os mantenéis unidos, no tenéis de que preocuparos-. Con esa frase acabó su discurso, su sonrisa no se había borrado, era mas amplia que nunca.- Ahora vamos a hacer algo de daño a la oscuridad-. Dijo, un aire de animó recorrió a los jóvenes que les hizo sonreír mientras se miraban unos a otros. Uno a uno fueron saliendo de la guarida, el último fue Marcos que con un suspiro, se echó la mano a la empuñadura de su espada, y así salió.

Se encaminaron los cinco en silencio hacía el pueblo, ninguno encontraba las palabras para decir en aquel momento. El pueblo estaba mas transitado que de normal, todos se quedaban mirando al grupo por donde pasaban y le seguían con la mirada.
- Mucha suerte, hijos de los elementos-. Una mujer ya mayor se había acercado a ellos, su mirada estaba llena de emoción y parecía estar a punto de echarse a llorar.
- Si que se ha corrido rápido la noticia-. Observó Toni mirando a su alrededor.
- La gente de aquí os ven como la salvación-. Dijo Niva mirando al frente.- Es normal que hayan salido a la calle para despediros-.
A Marcos, tomarlos como la salvación le parecía excesivo, no dejaban de ser unos chavales de diecisiete años.

Por fin llegaron a la plaza donde les estaban esperando un grupo de unos veinte hombres y mujeres ataviados con sus respectivas armaduras, parecían tranquilos a pesar de saber adonde iban, los cinco se reunieron con los demás.
- ¿Quien está al mando?-. Preguntó Niva adelantándose, un hombre de unos cuarenta años dio un paso al frente, saludando con una inclinación de cabeza.
- Mi nombre es Adam, y soy unos de los generales del ejercito de los guardianes-. Se presentó con las manos en la espalda.
- Bien Adam, mi nombre es Niva-. Se presentó el Hada imitando el gesto del general.- Yo, la guardiana de los hijos de los elementos y los hijos de los elementos estamos a tus servicios.
- Pues si ya estamos todos, podemos marchar-. Dijo fijándose en los cuatro jóvenes que se escondían detrás de su guardiana. El general se giró y miró a uno de sus hombres, le indicó algo que Marcos no pudo adivinar de que se trataba y este hombre en concreto indicó que se juntaran todos, unos segundos después todo comenzó a temblar, Marcos miró a su alrededor asustado, nadie parecía alterado lo mas mínimo, excepto los demás hijos, de repente todo comenzó a dar vueltas alrededor suya, tuvo que sujetar en la persona que tenía a su lado, debido al mareo, había sentido algo parecido la primera vez que viajo a la ciudad de los elementos, pero en aquella ocasión tuvo los ojos cerrados, esta vez estaba viendo lo que pasaba a su alrededor, se estaban teletransportando, supuso que a Sidney, mientras el entorno cambiaba miró a los demás, todos estaban serios y concentrados, nadie sabía con lo que se iban a encontrar. Aquel temblor cesó en unos pocos segundos que a Marcos le parecieron horas. El sitio donde estaban estaba oscuro y no podían ver a mas de diez metros de donde estaban.

- Estamos en las afueras de la ciudad-. Comentó Adam tras varios segundos en silencio.- El resto del trayecto lo aremos a pie-. Tras esas palabras todos se pusieron a andar. Marcos se fijo a lo lejos, una luz roja iluminaba la ciudad de Sidney, no sabía a que se debía aquello, pero no podría ser nada bueno.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Parón temporal

Durante esta semana no podré subir página debido a un problemilla técnico, cuando lo tenga solucionado volveré a subir
Lo siento

jueves, 21 de noviembre de 2013

Página 29

- ¿Para que nos querías entonces señor?-. Se adelantó Marcos con las manos a la espalda, intuía que Niva ya lo sabía.
- No están preparados aun señor-. Se adelantó el hada antes de que el líder pudiera hablar. Marcos se imaginaba lo que vendría después, había llegado la hora.
- Lo se Niva, pero no nos queda otra opción-.
- Pero no nos servirá de nada-. El hada empezaba a alterarse.
- Ayudará para meter miedo a la oscuridad-. Adler también empezaba a alzar la voz.
El despacho quedó completamente en silencio mientras los dos se miraban desafiantes, finalmente Niva se dio la vuelta y salió con cara furiosa, los demás le siguieron sin comprender lo que pasaba.

-¿Que pasa Niva?-. Preguntó Meg, los cuatro iban detrás de ella, les estaba costando seguirle el ritmo. Marcos al ver que el hada no se paraba se adelanto corriendo y cortándole el paso la detuvo, sujetándole los hombros.
- ¿Vamos a la guerra verdad?-. Se atrevió preguntar mirándole los ojos, nunca había visto esos ojos furiosos, todo lo contrario, siempre habían sido unos ojos felices y optimistas, Niva asintió apartando la mirada.
- Pero no estamos preparados-. Repitió Ruth lo mismo que había dicho el hada momentos antes en el despacho del líder.
- ¡Pues ya has visto que no le importa mucho!-. Gritó furiosa, a lo que asustó a la joven.- Lo siento, no quería hablarte así-. Se disculpó.
- Pero nos habían dicho que no entraríamos en combate hasta que no estuviéramos preparados-. Dijo Marcos, el temor le recorría todo el cuerpo, irían a la guerra y ni siquiera era capaz de manifestar su poder.
- Pero parece ser que los planes han cambiado-.
- ¿Para cuando está planeado?-. Era una respuesta que ninguno quería escuchar, pero era esencial saberlo. Niva agachó la cabeza en silencio y así estuvo varios segundos eternos para los jóvenes, al fin decidió hablar, para decir algo que no les gustó a ninguna, ni siquiera para la persona que pronuncio la palabra.
- Mañana-. Ninguno podía creer lo que acababan de escuchar de boca de su amiga y guardiana.

Nuestra misión es la siguiente-. Comenzó a decir Niva, se encontraban reunidos en la biblioteca, todos estaban sentados en un sofá respectivamente, mientras tanto el hada se paseaba por delante de los jóvenes.- Nos ha llegado información, de que Sidney está sitiada por la oscuridad, y nuestro trabajo será recuperarla-.
-Y como vamos a hacer eso?-. Preguntó Meg que estaba inclinada hacía delante escuchando las instrucciones.
- Uno de los altos cargos de la oscuridad, gobierna la ciudad-.
- Y nosotros tenemos que acabar con el-. Le cortó Toni, a lo que el hada asintió.- Asique, nuestra primera misión, será eliminar a un pez gordo de la oscuridad-. Volvió a asentir.
- No tiene por que haber ninguna complicación-. Les tranquilizó haciendo movimientos con las manos.- Contamos con el factor sorpresa, no sabrán que vamos-.
- ¿Y si nos tienden una emboscada?-. Preguntó con cierto temor Marcos, recordando a su familia. Niva le miró a los ojos con preocupación, parecía no tener palabras para aquello.
- Iremos con un grupo de guardianes-. Continuó con el plan intentando ignorar las palabras de Marcos.- No debe de ser muy numeroso para no llamar la atención-.
- ¿Y si nos tienden una emboscada?-. Volvió a repetir la pregunta.
- Esperemos que eso no pase-. Contestó Niva empezando a irritarse.- Nos adentraremos en el cuartel general, donde suponemos que se encontrará Verorg-.
- ¿Verorg has dicho?-. Cortó Ruth con la mirada perdida.
- Si, así es como se llama el ser que debemos eliminar-. Concretó el hada girándose hacía la joven.- ¿Pasa algo?-.
- No nada, es solo que me ha parecido un nombre raro-. Contestó encogiendo los hombros, pero Marcos vio en ella cierta cara de temor, lo que le preocupó, de tal manera que estuvo pensando un buen rato en aquello.
- La misión es relativamente sencilla, y con un poco de suerte no tendremos que enfrentarnos a nadie-. Concluyó el hada.- Es hora de dormir, mañana nos espera un día duro, nos vemos mañana en la plaza al salir el sol-. Diciendo esto Niva se dirigió a la puerta y salió camino al bosque. Ninguno se movió en varios minutos, no sabían que decir, tenían miedo, había llegado el día en el que se enfrentarían a la oscuridad, y ahora todos dudaban al respecto, pasados la media hora, decidieron subir cada uno a su habitación.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Página 28

- Mañana lo conseguirás, ya lo verás-. Dijo Ruth que estaba sentada en un sofá al lado suyo, los demás le dieron la razón.

Pero eso no ocurrió, pasaron los días y Marcos seguía sin progresar, mientras que sus compañeros ya aprendían a usarlos, el mientras tanto seguía sentado en el suelo con los ojos cerrados. Los entrenamientos con Niva no iban mucho mejor, debido a la desilusión por no poder hacer manifestar sus poderes, no se encontraba concentrado en sus entrenamientos y sufría varias lesiones al día, sus compañeros estaban preocupados por el y trataban de animarle, pero era inútil, la moral del joven caía mas a cada día que pasaba y seguía sin conseguir nada.

-Llevo entrenando dos semanas y no he conseguido nada-. Dijo Marcos desesperado mientras salían de la guarida, se dirigían al bosque a seguir con sus entrenamientos con su poder.
- No te preocupes, tarde o temprano conseguirás manifestarlo-. Le animó Ruth, poniéndole la mano en el hombro.
- Si, no te preocupes, aun queda tiempo para que vallamos a nuestra primera batalla-. Dijo Toni que iba a su lado. A lo lejos vieron a Niva que se acercaba a ellos, parecía preocupada.
- ¿Que pasa Niva?-. Preguntó Meg en cuanto el hada se reunió con ellos.
- Adler quiere vernos-. Dijo, cuando estuvo mas cerca Marcos pudo comprobar que estaba realmente preocupada.
- ¿Y de que se trata?-. Preguntó Toni intrigado.
- Si es lo que creo que es..-. Hizo una pausa para mirarles uno por uno.- Me temo que malas noticias-. Todos se miraron unos a otros en silencio sin saber muy bien que decir, al cabo de unos segundo se pusieron en marcha hacia la fortaleza de los guardianes. Marcos se fijó mientras andaba que todos tenían la misma cara de preocupación sin saber por que, aun no sabían que les iba a decir el líder de los guardianes, pero esas palabras de Niva no habían sonado muy bien.

Tardaron en llegar varios minutos, en cuanto entraron al gran patio Marcos recordó la primera vez que había ido allí, Adler le contó que sus padres habían desaparecido, inmediatamente borró ese pensamiento de su cabeza y continuó junto a sus amigos el trayecto al despacho del líder.

Al igual que en la vez anterior, en el patio había gente entrenando, lo hacían con violencia pero a la vez con sutileza. Marcos podía reconocer algunos de los movimientos. Los cuatro se quedaron mirando a los guardianes, mientras que Niva esperaba pacientemente a que volvieran a la realidad.

Unos minutos después estaban entrando al vestíbulo, era un vestíbulo muy amplio y completamente blanco sin demasiados detalles, en el centro de este unas escaleras que subían al piso de arriba, Marcos sabía que tendrían que subirlas para llegar al despacho de Adler después de cruzar unos cuantos pasillos. Y así lo hicieron, Marcos perdió la cuenta de los pasillos recorridos y escalinatas subidas hasta que llegaron a la puerta que daba al despacho del líder.

Niva tocó un par de veces la puerta con los nudillos, y sin obtener respuesta la abrió, Marcos reconoció el despacho al entrar, reconoció la estantería repleta de libros, reconoció el escritorio, esta vez libre de papeles, y a Adler al otro lado sentado en su silla, también reconoció el enorme ventanal.
- ¿Nos habías llamado señor?-. Preguntó Niva poniéndose delante del escritorio, con los hijos de los elementos a su lado.
- No tengo buenas noticias para vosotros-. Dijo el líder entrelazando los dedos mirando uno a uno.- Me temo que la oscuridad a cobrado mas fuerza que nunca-.
- Pero eso es imposible-. Dijo Niva seriamente apoyándose en el escritorio.- Creía que los teníamos controlados-.
- Y así lo creía yo-. Asintió serio.- Pero nuestros espías en la tierra, nos han informado que la oscuridad ya se han adueñado con varios países-.
- ¿De cuantos estamos hablando?-. Los demás les miraban como conversaban sin atreverse a intervenir.
- Hasta ahora contamos cincuenta, pero están aumentando notoriamente-. Le miró a los ojos, el hada parecía preocupada por la noticia, al igual que ella todos los demás tenían la misma cara de preocupación.
- ¿Y los gobiernos por que no hacen nada?-. Preguntó Meg acercándose al escritorio, los dos se giraron para mirarla.
- Por la simple razón de que no lo saben-. Se explicó el líder, los hijos de los elementos le miraron extrañados ¿Como era posible eso?.- Cuando los guardianes se enfrentan a la oscuridad, habitantes en la tierra lo ven como catástrofes naturales-. Los cuatro asintieron, Ya se lo habían explicado anteriormente a Marcos.- No se como lo hace, pero los destrozos que produce la oscuridad, consiguen camuflarla de tal manera para que en el resto del mundo no se enteran.
- Pero eso no es posible, tarde o temprano alguien tiene que viajar a esos países-. Dijo Toni integrándose en la conversación.
- También han pensado en eso-. Contestó Niva girándose a los jóvenes.- Ellos se encargan de cancelar vuelos y barcos, se encargan de cortar carreteras y cortar vías, de tal manera que el país quede encerrado-. Los jóvenes escuchaban aquello con terror, ¿como podían hacer todo eso?

- ¿Para que nos querías entonces señor?-. Se adelantó Marcos con las manos a la espalda, intuía que Niva ya lo sabía.

martes, 19 de noviembre de 2013

Página 27

- Quiero que cuando lo hayáis encontrado, lo dejéis que fluya, hasta sacarlo fuera-. Dijo tras unos minutos en silencio, Marcos estaba tan absorto en sus esfuerzos que lo sobresaltó, ya se había olvidado de que estaba acompañado.

- Esto es inútil-. Dijo Toni tras varias horas intentándolo, no habían descansado un solo minuto, todos automáticamente abrieron los ojos para mirar a su amigo, que se había levantado.- Debe de haber otra manera-.
- No la hay-. Contestó sin ni siquiera mirarle.- Pero eres libre de dejar los entrenamientos cuando quieras-. Esta vez se giró para mirarle de forma simpática, Marcos había visto pocos elfos pero todos coincidían en que tenían la misma cara de amabilidad a todas horas. Toni le desafió molesto unos segundo, finalmente volvió a sentarse y a cerrar los ojos, Marcos volvió a cerrar los ojos y a concentrarse de nuevo. Su amigo tenía razón, llevaban horas ahí plantados sin conseguir nada, y empezaba a preguntarse si realmente ese ejercicio resultaría eficaz.
- Seguir buscando ese poder que los cuatro tenéis en vuestro interior-. Escuchó la voz del elfo, que continuaba caminando con paso firme y sutil al rededor de los jóvenes.

Marcos seguía concentrado intentando buscar ese poder, pero resultaba inútil, por ,as que lo intentara no conseguía mirar en su interior.

Un grito ahogado le hizo abrir los ojos asustado por si a alguien le había pasado algo, no pudo comprender lo que había pasado, Ruth se encontraba sentada a su lado, completamente mojada, sin haber llovido en ningún momento, el se toco su ropa para asegurarse, y al verse completamente seco se extrañó aun mas ¿Que había pasado? Por mas que le diera vueltas no encontrada una respuesta lógica.
- ¿Que ha pasado?-. Al parecer Ruth tampoco sabía que había pasado, todo aquello era muy desconcertante, miró a sus otros compañeros que parecía que estaban igual extrañados que el, por otro lado el elfo tenia dibujada una amplia sonrisa.
- Yo te diré que ha pasado-. Dijo acercándose con las manos aun en la espalda.- Has conseguido sacar el poder de tu interior, y así es como se ha manifestado-. La joven parecía muy sorprendida al respecto, no sabía como reaccionar. Marcos en cambio sonrió ampliamente, la que la noche anterior no sabía si iba a poder hacerlo, era la primera en manifestar su poder, eso le alegraba gratamente. Finalmente Ruth reaccionó con una amplia sonrisa, su vista se desvió para mirar a Marcos, sus miradas se cruzaron y el joven le miró con cariño y felicitaciones.''Te lo dije'' Vocalizó sin pronunciar sonido alguno, esta asintió sin parar de sonreír, después de todo si que eran efectivos esos entrenamientos, y sin que nadie se lo mandara, volvió a cerrar los ojos intentando buscar su poder.
- Bien Aqua, puedes marcharte a descansar-. Escucho el joven mientras se concentraba, acto seguido escucho como Ruth se levantaba y comenzaban a alejarse sus pasos hasta haber desaparecido.- Vosotros continuar concentrados-. Después de que su amiga lo consiguiera, al poco rato después fue Meg quien lo consiguió, su poder se manifestó haciendo crecer las flores y hierva que había a su alrededor, acto seguido lo consiguió Toni, y un fuerte viento salió despedido de el.

- Dejalo Ignis-. Ya comenzaba a anochecer y Marcos continuaba esforzándose para que su poder saliera a la luz, pero seguía pareciéndole imposible.- Mañana volveremos a intentarlo-.
- No, tengo que conseguirlo-. Se negaba a abandonar, ¿Por que no era capaz de conseguirlo? Hacía horas que Toni lo había conseguido, y el seguía sin encontrar rastro de ese poder que ocultaba en su interior.
- Es tarde, Marcos y estas cansado-. Intentaba hacerle entrar en razón inútilmente.- No has comido nada-.
- Me da igual, de aquí no me muevo hasta que no lo consiga-. Apretó los ojos, creyendo que así se concentraba mas, pero no daba resultado, seguía todo oscuro.
- Mañana lo volvemos a intentar mas descansado-. Al igual que Marcos, el elfo no se rendía en hacerle cambiar de opinión-.
- ¡Te he dicho que no!-. Dijo casi gritando abriendo de repente los ojos, y mirando a Aran desafiándole, el elfo se limitó a mirarle con serenidad, sin mostrar ninguna emoción en su rostro.
- Marcos-. Escuchó una voz suave detrás suya, se giró furioso, y vio el rostro de preocupación de Niva, el joven relajó el rostro al ver a su amiga.- Es hora de marcharse, mañana lo volverás a intentar-. Marcos iba a replicar pero terminó por agachar la cabeza y asentir levemente, sin despedirse de nadie, se dio la vuelta y se marchó, el no poder ponerse a la altura de sus compañeros le entristeció, no encontraba ninguna razón del por que el no era capaz de encontrar su poder, ¿Y si el no tenía poderes?¿Y si el no era el hijo del fuego? Apartó esa idea de su mente al recordar lo que le dijo el sabio al conocerle, le dijo que tenía un gran poder en su interior, mas incluso que cualquier otro de sus compañeros pero entonces ¿Por que no se manifestaba?, decidió no pensar en todo eso hasta el día siguiente, Aran tenía razón, se encontraba muy cansado, y no lo había notado hasta el momento en el que salía del bosque, el sol ya se había escondido y una luna llena iluminaba el paisaje y permitía a Marcos ver por donde iba.

- Por fin llegas -. Dijo Meg al ver a Marcos entrar en la biblioteca los tres estaban sentados cada uno en un sofá.- ¿Que has sentido tu, cuando se han manifestado tus poderes?-.
- No lo se, por que no lo he conseguido-. Confesó ante la mirada de sorpresa de sus amigos.- No me miréis así, es lo que ha ocurrido-. Dijo mientras se sentaba en otro de los sofás encogiendo los hombros. Se miraron unos a otros en silencio sin saber que decirle.

- Mañana lo conseguirás, ya lo verás-. Dijo Ruth que estaba sentada en un sofá al lado suyo, los demás le dieron la razón.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Página 26

- Pon todo lo que esté en tu mano para que esos poderes broten de tu interior-. Le estrechó cariñosamente la mano, y esta asintió durante ese tiempo se habían cogido mucho cariño uno al otro.

Estuvieron hablando durante toda la noche, ninguno de los dos era consciente de que estaba amaneciendo, cuando Meg y Toni entraron ya preparados.
- ¿Que hacéis así todavía?-. Preguntó Meg al ver que aun estaban en pijama, estos se miraron y se echaron a reír, ante las caras de incredulidad de sus amigos.- No me digáis que no habéis dormido-. Dijo al observar las ojeras de cada uno, que negaron aun riendo.
- Bueno venga, vestiros que ya estarán esperándonos-. Metió prisa Toni sentándose en uno de los sofás mientras que los otros dos se levantaban y subían corriendo a vestirse.
La noche anterior ya se había preparado la ropa y la tenía toda colocada a los pies de la cama, mientras se vestía. Marcos pensaba que tal le iría en los entrenamientos del primer día, estaba muy ilusionados por empezar, empezaría a hacer algo que nunca se había pensado que sería capaz.

Cuando terminó bajó corriendo a reunirse con los demás, Ruth ya estaba con ellos también, salieron los cuatro juntos hacía el bosque, donde les estaría esperando el elfo que se encargaría de su entrenamiento.

- Mi nombre es Aran-. Se presento el Elfo, que les estaba esperando en la entrada del bosque,era bastante alto y su pelo era largo y rubio, sus orejas, como las de cualquier elfo eran puntiagudas, no parecía muy mayor, su rostro no mostraba ningún signo de la edad.- Y mi cometido será enseñaros a despertar los poderes que lleváis en vuestro interior, ahora si me seguís por aquí-. Se dio la vuelta y se adentró en el bosque.
- ¿Despertar? Yo creía que ya habían despertado-. Dijo extrañado Marcos, siguiéndolo, había cogido otro sendero distinto al que llevaba al claro donde entrenaban.
- Y así es-. Contestó sin volverse, sus andares eran elegantes con las manos a la espalda.- Pero no están lo suficientemente superficiales para que podáis usarlos-. El joven no lo comprendió, y por la cara d los demás intuyó que tampoco. Se fijó en que Ruth parecía mas nerviosa que los demás, Marcos le pasó el brazo por el hombro dándole ánimos, esta sonrió agradecida, pero no pareció dar el resultado que quería.

Al fin llegaron a un claro mas pequeño que al que solían ir, Marcos se quedó maravillado, aquel sitio era muy distinto al que solían asistir para entrenar, estaba todo florido y los árboles crecían de forma extraña.
- ¿Donde nos has traído?-. Preguntó Meg mirando a su alrededor.
- Esto, jóvenes, es un pequeño trozo del hogar de las criaturas que pueblan este bosque-. Dijo extendiendo los brazos abarcando el claro.- Nos han cedido este pequeño claro para que entrenemos-.
- ¿Y podremos verlos?-. Preguntó Ruth, emocionada.
- Me temo que no-. Contestó mirándola esbozando una sonrisa.- Me temo que se han vuelto muy desconfiados desde que los humanos arrasaron todos los bosques-. Marcos hizo una mueca de tristeza, el siempre había respetado los bosque y los campos, era una lastima que no todos los humanos pensaran como el, y vean esos terrenos verdes como negocio y dinero.- Pero no hemos venido aquí para admirar los paisajes, si no para entrenar-. Todos volvieron a la realidad y le miraron seriamente.

Se sentaron en el suelo formando un círculo, todos se miraban unos a otros, por otro lado Aran caminaba por detrás de ellos con las manos en la espalda en silencio.
- Quiero que cerréis los ojos, y que pongáis la mente en blanco-. Marcos automáticamente comenzó a agudizar los oídos esperando la flecha que le lanzaría Niva, esbozó una sonrisa al darse cuenta de que eso no sucedería, e inmediatamente comenzó a dejar la mente en blanco.
<<Cuando lo hayáis conseguido, quiero que busquéis dentro, ese poder que se encuentra escondido en vuestro interior>>
Marcos no entendió lo que había querido decir con aquello, por mucho que se esforzaba no era capaz de ver lo que había dentro de el, no sabía como se hacía lo que Aran había pedido que hicieran.
- Quiero que cuando lo hayáis encontrado, lo dejéis que fluya, hasta sacarlo fuera-. Dijo tras unos minutos en silencio, Marcos estaba tan absorto en sus esfuerzos que lo sobresaltó, ya se había olvidado de que estaba acompañado.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Página 25


Marcos, al igual que los demás, había mejorado bastante la técnica, y ya era capaz de oír mas allá que de los simples sonidos del bosque, podía detectar los pasos del hada, podía llegar a escuchar las respiraciones de cada uno de los presentes, podía llegar a captar el leve sonido que hacía la cuerda del arco al destensarse proyectando la flecha a una velocidad vertiginosa, pero aun no era capaz de escuchar el silbido del proyectil acercarse peligrosamente a su cabeza, al contrario que Ruth, que hacía unos días había logrado moverse a tiempo para hacer un amago de esquivo de la flecha, el no lo había podido ver debido a que sus ojos estaban vendados, pero por el grito emocionado de Niva, había podido comprobar que lo había logrado.

Como cada día puso la mente en blanco y escuchó atentamente los sonidos que le rodeaban, volvió a escuchar los pasos de Niva recorriendo el círculo lentamente, escuchó la breve brisa que soplaba entre las ramas de los árboles, escuchó las respiraciones de cada uno de los que formaban el círculo, al principio le había extrañado no haber escuchado la del hada, pero ella le dijo que su respiración era indetectable por cualquier humano. Un leve sonido le llegó a sus oídos y supo que había lanzado la primera flecha, en seguida se puso en tensión, pero no iba dirigido a el, ya que escuchó como se clavaba a lo lejos.
- Estas muerto Toni-. Escuchó la voz de Niva, y automáticamente después un suspiro molesto del joven, detectó que estaba enfrente suya.
Una segunda flecha salió disparada y de nuevo se puso alerta, pero esta tampoco iba dirigida a el, y pudo relajarse levemente, El hada hizo un leve ruido con la boca de desaprobación, al parecer a quien iba dirigido aquella flecha tampoco había estado hábil
- Agudizar mas vuestros oídos, si no, nunca seréis capaces de captar la flecha-. Mientras estaba hablando Marcos escuchó un leve silbido en su oído izquierdo, al parecer había lanzado la flecha mientras hablaba, era otro método que tenía, los jóvenes tenían que escuchar la flecha acercarse mientras había ruido alrededor, tendrían que ser capaces de separar los ruidos, pero eso resultaba aun mas difícil.
Una cuarta flecha salió disparada de su arco, y una vez mas la escuchó pasar cerca suya y clavarse en el árbol que tenía detrás suya.
- Céntrate, por que ya es la segunda vez que mueres-. Sabía que se refería a el y asintió, no sabía a lo que se refería con lo de que se centrara, intentaba con todas sus fuerzas escuchar la flecha acercarse, pero era inútil. Una vez mas una flecha salió disparada, pero esta vez no iba dirigida a el.
- Cada vez mas ágil, me gusta-. Había ido dirigida a Ruth, escuchó un suspiro aliviado por parte de la joven.

Cuando hubieron acabado con el entrenamiento todos fueron a la guarida a relajarse, ya estaba atardeciendo cuando ya se habían reunido como cada día en la biblioteca a hablar de sus cosas. Allí era donde pasaban la mayor parte del día a parte del claro del bosque.
- Hoy hace un mes que os conocí-. Dijo Marcos, algo que no tenía nada que ver con la conversación. Todos sonrieron mirándose unos a otros.
- ¿Un mes ya?-. Preguntó Meg con una amplia sonrisa en los labios.- Que rápido pasa el tiempo-. Lo que Marcos tenía realmente en mente, era que hacía casi un mes que vio a su familia por última vez, pero no lo dijo en voz alta.
Habían pasado mucho juntos en todo aquel tiempo, cuatro extraños se habían convertido en una familia en cuestión de días, sin olvidarse de Niva, también formaba parte del grupo, se habían contado los temores que tenían acerca de la primera batalla contra la oscuridad, tenían miedo, ninguno lo decía en público, pero cuando se reunían, lo mostraban con la que ya era su familia.

Tuvieron que pasar varias semanas mas, para que comenzaran los entrenamientos con sus poderes, un elfo se encargaba de enseñarlos. La noche de antes Marcos se encontraba en su habitación dando vueltas en la cama, estaba nervioso y deseoso por comenzar, poder sacar afuera todo el poder que según el sabio, tenía dentro. Decidió levantarse e ir a la biblioteca, como solía hacer cuando no tenía sueño, salió de su habitación en silencio para no molestar a nadie, el pasillo estaba completamente oscuro, tuvo que ir a tientas con las manos por delante para no chocarse con nada. Bajó las escaleras y se aproximó a la puerta, por la rendija pudo comprobar como adentro estaba oscuro, La abrió y se introdujo adentro encendiendo la luz, se quedó en la puerta mirando el interior, se acercó a una de las estanterías y cogió un libro al azar, y fue a sentarse en uno de los sofás, allí se quedó leyendo durante un buen rato.
- ¿Que lees?-. Escuchó desde la puerta, estaba tan inmerso en la lectura que no había escuchado la puerta abrirse y cerrarse a continuación, levantó la mirada y allí estaba Ruth. Sus reuniones nocturnas se habían convertido en habituales.
- Una novela fantástica sobre dragones y duendes-. Contestó cerrando el libro.- Esta bastante interesante, podrías leerlo tu también-.
- Lo tendré en cuenta-. Asintió con una amplia sonrisa mientras se aproximaba a uno de los sofás cerca de Marcos.- Tu tampoco puedes dormir por lo que veo-. Observó.
- Estoy nervioso por lo que pasará mañana-. Admitió el joven encogiéndose de hombros, observó que Ruth ponía cara de preocupación.- ¿Te ocurre algo?-.
- Nada, es solo que...-. Comenzó a decir encogiéndose de hombros.- Ya te conté que parte de mis poderes quedaron atrapados-.
- Si, lo se, pero ¿cual es el problema?-. Preguntó interesado inclinándose hacía delante.
- ¿Y si quedaron atrapados todos mis poderes?-. Sus ojos mostraban preocupación y tristeza.- ¿Y si después de todo no puedo usarlos?-. No sabía que responder ante aquellas preguntas. No sabía mucho al respecto.
- Eso es una tontería-. Comenzó a decir para intentar animarla.- El sabio ya te dijo que tenías mucho poder ¿ Por que piensas que no podrás utilizarlos?-.
- Cabe esa posibilidad-. Sus ojos se cruzaron con los de Marcos que intentaba animarla por todos los medios.
- No te voy a engañar-. Comenzó a decir agarrándole la mano.- No se lo que puede pasar, pero lo que si se, es que pase lo que pase, tu seguirás siendo la hija del agua...Seguirás siendo Aqua, eso parecía haberle reconfortado, y una amplia sonrisa lo demostró, y a continuación un fuerte abrazo por parte de la chica.
- Gracias Marcos-. Dijo separándose de el.
- Pon todo lo que esté en tu mano para que esos poderes broten de tu interior-. Le estrechó cariñosamente la mano, y esta asintió durante ese tiempo se habían cogido mucho cariño uno al otro.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Página 24

Por mas vueltas que diera en la cama no conseguía dormirse, afuera seguía lloviendo fuertemente, pero aunque estaba oscuro Marcos sabía que no serían mas de las dos de la tarde, entonces se puso a pensar en que parte del mundo estaría situado la ciudad de los elementos, un lugar donde por la mañana hace calor y al empezar la tarde cae un diluvio.

No supo las horas que había estado allí encerrado a oscuras, tirado en la cama dando vueltas cuando tocaron la puerta, Marcos dirigió la mirada cuando esta se abria, y una cabeza se asomó, debido a que estaba todo muy oscuro, no podía adivinar de quien se trataba.
- ¿Estas dormido?-. Escuchó la voz de Ruth en forma de susurro.
- No, tranquila-. Respondió incorporándose en la cama, sentándose apoyando la espalda en la pared.- No soy capaz-. Ruth entró sin dar la luz y se acercó a el, llevaba una bandeja en las manos
- Hemos pensado que tendrías hambre-. Se quedó allí plantada esperando respuesta alguna por parte del joven, que alargó la mano para darle al interruptor encendiendo la luz, lo primero que vio cuando la habitación se iluminó fue la cara preocupada de su amiga, en sus ojos azules había tristeza. En sus manos, como ya había podido ver entre la oscuridad, una bandeja con un tazón humeante de sopa.
- Gracias, pero no tengo hambre-. Dijo esbozando una sonrisa triste, quería poder disimular y hacer creer a su amiga que no estaba triste, pero no era capaz. Ruth encogió los hombros dejando la bandeja en la mesita que tenía al lado de la cama y se sentó a su lado mirándole.
- No puedes quedarte aquí para siempre-. Dijo cruzando su mirada con la del joven, que se encogió de hombros sin saber muy bien que decir.- Así no vas a arreglar nada-.
- ¿Y haciendo como si no hubiera pasado nada si?-.
- No, tampoco, pero no creo que a tu familia le hubiese gustado verte así-. Tenía que reconocer que Ruth tenía razón, su familia siempre habría querido lo mejor para el, y en la situación en la que estaba no lo era.
- Supongo que tienes razón-. Dijo agachando la cabeza.- Pero dime ¿De donde saco las fuerzas para seguir?-.
-. Para eso yo no tengo la respuesta-. Contestó sonriendo, esta sonrisa no tenía ningún rasgo de tristeza, dicho esto se levantó de su lado y le miró.- Estamos abajo para cuando encuentres la respuesta-. Se dirigió a la puerta y echando una última mirada a su amigo, le sonrió y se marchó dejando de nuevo solo, sus palabras le reconfortaron, y estuvo pensando durante unas horas mas, finalmente con una sonrisa se levantó de la cama y salió para reencontrarse con sus compañeros, ya había encontrado su respuesta.

Las semanas siguientes transcurrieron con normalidad, Niva continuaba entrenando a los hijos de los elementos. Marcos volvió a sonreír sinceramente. Todo volvió a ser como antes, el joven se aferró a la idea de que su familia aun continuaba con vida, y eso le daba fuerzas para continuar entrenando con muchas ganas.
La relación entre ellos se estrechó, y ahora eran como una familia, que hacían todo juntos, y se contaban todos, aun continuaban sin saber cuando comenzarían a usar sus poderes y eso les ponía nerviosos, por que el momento en que se enfrentarían por primera vez a la oscuridad cada vez estaba mas cerca, y ellos aun ni siquiera habían empezado a familiarizarse con lo que tenían escondido en su interior.
Niva tardó unas semanas en enseñarles con las armas, algo que los jóvenes recibieron la noticia con alegría, al principio se mostraron algo torpes, y los primeros días hubo muchas lesiones debido a cortes, pero el hada se encargaba de curar con sus poderes, pero pronto adquirieron las habilidades necesarias para al menos no lesionarse.

- ¿Cuando comenzaremos a usar nuestros poderes?-. Preguntó Toni mientras disparaba una flecha a una de las dianas, esta se clavo lejos del centro, aun tenía que entrenar bastante antes de poder siquiera acercarse.
- Eso a ella no le concierne-. Contestó Meg sonriendo, mientras atacaba al aire con su lanza, quitándole la palabra de la boca a Niva, Toni preguntaba cada día acerca de los poderes y siempre recibía la misma respuesta, con un movimiento de mano el Hada le dio la razón a la joven. Marcos mientras tanto golpeaba con su espada a un tronco clavado en el suelo ,siempre había entrenado en el mismo sitio y el palo ya estaba despellejado por todos los lados, mientras que Ruth practicaba unos movimientos de defensa con sus dagas.
-Ya os avisaran cuando estéis preparados para empezar a usarlos-. Estaba cansada de repetir siempre lo mismo, mientras se paseaba entre sus alumnos, observando y corrigiendo lo que no le gustaba, ya se habían acostumbrado a verla en su forma natural.
- Pero estoy viendo que pasan los días y nadie dice nada-. Protestó, desde el primer día Toni se había mostrado muy ambicioso respecto al entrenamiento, siempre quería quedar por delante de todos.
- Se acabó el entrenamiento, vendaros los ojos-. Dijo encogiéndose de hombros sin contestarle. Los jóvenes hicieron caso y dejaron las armas a un lado, y sacaron de sus bolsillos unas vendas. Como el primer día, se lo llevaron a los ojos y se los taparon con los pañuelos, después de formar un círculo con Niva en el medio.


Marcos, al igual que los demás, había mejorado bastante la técnica, y ya era capaz de oír mas allá que de los simples sonidos del bosque, podía detectar los pasos del hada, podía llegar a escuchar las respiraciones de cada uno de los presentes, podía llegar a captar el leve sonido que hacía la cuerda del arco al destensarse proyectando la flecha a una velocidad vertiginosa, pero aun no era capaz de escuchar el silbido del proyectil acercarse peligrosamente a su cabeza, al contrario que Ruth, que hacía unos días había logrado moverse a tiempo para hacer un amago de esquivo de la flecha, el no lo había podido ver debido a que sus ojos estaban vendados, pero por el grito emocionado de Niva, había podido comprobar que lo había logrado.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Página 23

- ¿Están muertos?-. Preguntó sin atreverse a oír la respuesta, se llevó las manos a la cabeza, no podía ser
- Lo último que sabemos de ellos era que les habían tendido una emboscada-. Contestó poniéndole una mano sobre el hombro intentando consolarlo.- Al parecer ya sabían que iban a aparecer-.

Marcos perdió la noción del tiempo y no supo el tiempo que había estado en el despacho de Adler, cuando, salió de la fortaleza una ráfaga de aire le golpeó la cara, miró al cielo y vio que unas nubes negras cubrían el sol, al parecer llovería ese día. Al joven eso no le importaba, el líder le había dado la peor noticia que le podrían haber dado, su familia había desaparecido, aun quedaba la esperanza que siguieran vivos, pero Marcos no podía dejar de pensar en aquello.

Las primeras gotas comenzaron a caer cuando ya entraba en el pueblo, la gente corría a sus casas para resguardarse de la lluvia, Marcos les esquivaba de manera automáticamente con la mirada al suelo, notaba como se iba mojando poco a poco, conforme las gotas golpeaban su cuerpo y ropa, pero eso a el no parecía importarle demasiado, mientras caminaba no podía dejar de pensar en los recuerdos que tenía de su familia, las vacaciones a la playa, las excursiones a la montaña, sus escapadas con su hermano, y probablemente se le olvidaba alguna, pero ya lo recordaría mas tarde.

La lluvia aumentó su intensidad, y cuando tomó el camino que daba a parar a la guarida, y en menos de un minuto no había centímetro de el que no estuviese mojado. Pero cuando iba a abrir la puerta decidió darse la vuelta, no le apetecía ver a nadie, y con la que caía seguramente los entrenamientos con Niva se habían cancelado y ahora estarían los tres en la biblioteca hablando de cualquier chorrada.

Estuvo andando hacía ninguna parte sin seguir los caminos su ropa se pegaba a su cuerpo, comenzó a tiritar de frio y sus labios cogieron un tono azulado, cuando había salido de la guarida hacía calor así que se había puesto una camiseta de manga corta y unos pantalones vaqueros. Llegó a una zona donde había unas rocas como colocadas aposta, y decidió sentarse en el suelo apoyando la espalda en una de ellas, no le importaba que el suelo estuviera embarrado, no le importaba el frio que tenía, no le importaba la lluvia que caía y le mojaba entero, no le importaba nada, lo único que le apetecía era quedarse allí sentado abrazando sus piernas y tiritando violentamente, hacía rato que no sentía los dedos pero eso tampoco le importaba demasiado, ¿Como era posible que su familia hubiese desaparecido? Por mas que intentaba hacerse a la idea no lo conseguía. Escuchó unos pasos rápidos delante suya, pero no se molestó en levantar la cabeza.

- Marcos -. Había escuchado pocas veces esa voz, pero la reconoció en seguida, era la de Ruth, sintió su brazo rodeándole los hombros.- Estas empapado, será mejor que vayamos a la guarida o cogerás una pulmonía-. Se había puesto de cuclillas delante suya.
El joven levantó la mirada sin ganas para mirarle a los ojos, fue entonces cuando lágrimas resbalaron por sus mejillas, Ruth automáticamente le abrazó.
- Mis padres han...-. No era capaz de decirlo, se veía incapaz, y se quedó callado llorando en silencio con la joven abrazándole.
- Si, lo se-. Dijo frotándole la espalda intentando consolarle.- Nos lo ha contado Niva cuando hemos llegado al bosque.- Estábamos todos muy preocupados por ti-. Había dejado de abrazarle y ahora le sujetaba con las manos la cara para que no volviera a agacharla.- Venga vámonos, estas muerto de frio-. Ya se había olvidado del frio, se había olvidado de todo.
Al principio se mostró contrario a irse, pero poco a poco Ruth consiguió convencerlo para se levantara del suelo embarrado en el que estaba sentado y juntos se marcharon de aquel lugar, la joven le rodeó los hombros transmitiéndole su calor, tiritaba violentamente mientras caminaban, tenía las piernas agarrotadas y sintió un dolor punzante al comenzar a andar pero poco a poco se le fue pasando, de vez en cuando Ruth le miraba con gesto preocupado, unas miradas que Marcos no devolvía, sus ojos estaban dirigidos al suelo, con la mirada perdida y la mente puesta en su familia.

Cuando entraron en la guarida le recibió Niva con un fuerte abrazo, no parecía importarle que le empapara.
- ¿Donde le has encontrado?-. Dijo Toni cubriendo a Ruth con una toalla seca.
- En unas rocas no muy lejos de aquí-. Contestó envolviéndose con ella, Había otra para Marcos que ya la tenía sobre sus hombros, pero no se percato de ella, Niva continuaba abrazada a el, el joven volvió a llorar en silencio mientras sus compañeros le intentaban consolar.

Al poco rato se calmó agradecido por tanta preocupación por parte de sus compañeros. Después de haberse secado se despidió de sus compañeros y se metió en su habitación, no tenía ganas de ver a nadie.


Por mas vueltas que diera en la cama no conseguía dormirse, afuera seguía lloviendo fuertemente, pero aunque estaba oscuro Marcos sabía que no serían mas de las dos de la tarde, entonces se puso a pensar en que parte del mundo estaría situado la ciudad de los elementos, un lugar donde por la mañana hace calor y al empezar la tarde cae un diluvio.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Página 22

Entraron en le pueblo, la gente se le quedaba mirando, el joven empezó a pensar que no le miraban por ser el hijo del fuego, si no por los andares que estaba obligado a llevar. Pasaron calles que reconocía de la primera vez que paso por ellas, se empezó a preguntar, que era aquello por lo que Adler quería verlo a el solo
Continuaron caminando en silencio hasta salirse del pueblo, confirmo su teoría acerca de la elfa, prefería el silencio antes que una conversación, el joven lo había intentado con distintos temas pero Adalaerin solía contestar con frases cortas zanjando el tema, así que opto por seguirla en silencio pensando en sus cosas.

Ya podía ver a lo lejos la fortaleza de los guardianes, donde el ejército de los elementos se entrenaba y preparaba para las batallas, con ellos lucharía dentro de un tiempo, no sabía que preparación tenían pero tenía que confiar en ellos. Caminaron por un sendero de piedras que conducían directamente a la fortaleza, por los alrededores solo se veían árboles y hierva, le gustaba ese paisaje, siempre había preferido esos paisajes naturalísticos a los de las grandes ciudades.

Por fin llegaron a las puertas de la gran muralla de la fortaleza, le había costado llegar hasta allí debido al dolor, pero agradeció que se le calmaron notoriamente. Se quedaron allí plantados sin hacer nada, ya cuando iba a preguntar que era lo que hacían las puertas se abrieron lentamente con un chirrido.

Entraron a un amplio patio donde había gente entrenándose con espadas y arcos, pudo apreciar que eran hábiles con sus respectivas armas, instintivamente se echó la mano a la espalda para agarrar la empuñadura de su espada, aun seguía ahí, ¿habrían empezado sus compañeros el entrenamiento sin el? Que mas da, ya les cogería el ritmo cuando llegara, ahora la gran duda que le ocupaba todos sus pensamientos era para que querría verle Adler.

- Por aquí Ignis-. Escuchó a Adalaerin, se dio cuenta de que se había quedado parado viendo como entrenaba el ejército.
- ¿Por que me llamas Ignis?-. Dijo poniéndose a su altura,
- Es tu nombre-. Contestó sin mirarle, cruzaron el patio hasta llegar hasta una escalinata que daba a un enorme portón.
- Te equivocas-. Le contradijo, mirándole extrañado.- Mi nombre es Marcos, solo he escuchado una vez en mi vida el nombre de Ignis, y es como llamo el sabio a mi espada.
- Tu y tu arma sois uno-. Dijo, la elfa, algo que extrañó aun mas al joven. Comenzaron a subir las escaleras.
- ¿Pero por que Ignis?-. Preguntó curioso.
- Fuego-. Esa fue su contestación, cuando traspasaban el gran portón, para entrar en un gran vestíbulo, mucho mas grande que la guarida donde los hijos vivían, al contrario que el patio, estaba vacío.- Es una antigua lengua de los humanos-.
Debía de ser latín, la lengua de la que hablaba la elfa, tenía sentido aquello de lo que hablaba, y al parecer la gente del pueblo había optado por llamarles así.

Llegaron una puerta al final de unas escaleras, después de haber atravesado multitudes de pasillos y subido cientos de escaleras, al igual que el portón de la muralla, esta se abrió sola, dejando ver un despacho, con diversas estanterías en las paredes, y en el centro había un escritorio, y sentado detrás de el se encontraba Adler, revisando unos papeles, detrás de el, había un enorme ventanal donde podía ver todo el pueblo.
- Señor, aquí está Ignis, como usted quería-. Dijo la elfa inclinando la cabeza, con un movimiento de mano sin apartar la mirada de los papeles le ordenó que se retirara, y eso hizo, con una segunda inclinación de cabeza se dio la vuelta y se fue cerrando la puerta.

Cuando se hubo ido estuvieron en silencio mientras el líder seguía leyendo papeles .
- ¿Por que quería verme señor?-. Preguntó cansado de esperar, levantó la vista del escritorio y le miró a los ojos, había preocupación en su mirada, eso le puso mas nervioso.
- Sabes que los guardianes que se hicieron pasar por tu familia-. Comenzó a decir levantándose y rodeando el escritorio para ponerse enfrente suya.
- Mi familia-. Le corrigió cortándole. Con un movimiento de mano le dio la razón.
- Sabes que tu familia-. Volvió a comenzar con su discurso ya corregido.- Fueron a una misión de reconocimiento-. Marcos asintió mientras dentro de el crecía una chispa de preocupación, una parte de el sabía lo que le iba a contar.- Perdimos el contacto a las pocas horas de que se marcharan-. Se imaginaba algo así pero aun así el estómago le dio un vuelco. El joven se tuvo que sentar, sentía que se mareaba ¿desaparecidos?. Los dolores habían desaparecido de repente.
- ¿Están muertos?-. Preguntó sin atreverse a oír la respuesta, se llevó las manos a la cabeza, no podía ser
- Lo último que sabemos de ellos era que les habían tendido una emboscada-. Contestó poniéndole una mano sobre el hombro intentando consolarlo.- Al parecer ya sabían que iban a aparecer-.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Página 21

Una vez estuvieron todos duchados bajaron a la biblioteca a charlar antes de dormirse, puesto que a pesar del gran esfuerzo, ninguno se encontraba con sueño.
- ¿Como creéis que nos irá en las batallas?-. Preguntó Ruth, a Marcos aun le sonaba raro que de la noche a la mañana hubiera cambiado tan de repente, pero lo agradecía.
- Con Niva, acompañándonos, seguro que bien.- Contestó Meg, habían colocado los sofás formando un círculo para poder verse todos.
-¿ Pero y si nos pasa algo a alguno de nosotros?-. Cualquiera podría haber respondido con cualquier frase de ánimo a la pregunta formulada por Ruth, pero todos tenían en la cabeza esa pregunta, ¿Y si alguno de ellos no salia de la primera batalla? Ese miedo recorrió la biblioteca durante varios minutos en silencio, nadie sabía que decir, todos estaban con la mirada perdida sumidos en sus pensamientos, esos pensamientos de temor, no habían luchado nunca, se habían pegado en el colegio, pero nada serio, nunca se habían enfrentado a alguien a vida o muerte, y eso les hacía temblar.
- ¿Como creéis que sera el hijo de la oscuridad?-. Rompió el silencio Toni, los otros tres se sobresaltaron al escuchar su voz, ninguno se la esperaba. Como si estuviese ensayado, los tres se encogieron de hombros a la vez, no les habían contado mucho acerca de aquel ser misterioso, también es verdad que no se sabía mucho sobre el.

Pasaron las horas y seguían hablando sobre diversos temas, pero todos giraban en torno a un mismo tema, la batalla contra la oscuridad, no se daban cuenta del paso del tiempo, olvidándose por completo que a la mañana siguiente tendrían entrenamiento con Niva. Conforme los minutos iban pasando los músculos se iban resintiendo debido al esfuerzo del primer entrenamiento.

Al cabo de unas horas mas todos decidieron irse a dormir, aunque seguían sin sueño, pero tendrían que hacer un esfuerzo si querían estar despiertos en los entrenamientos de Niva. Marcos entró en su habitación, después de dar las buenas noches a los demás. El cansancio lo notó de repente en el momento que se echó en la cama , le dolían los músculos debido a las agujetas, y sentía como si un camión le hubiera pasado por encima. Se durmió en el momento en que cerró los ojos.

El sueño que tuvo aquella noche, ya lo había soñado anteriormente, soñó con un recién nacido con todo su alrededor quemado, pero esta vez el sueño se alargó. Una sombra sin rostro se acercó a el tiñéndolo todo de oscuridad, vio como lo cogía en brazos y desaparecían los dos.

Marcos se despertó sobresaltado, bañado en sudor, nunca un sueño le había producido tanto terror, y no sabía por que, no tenía nada de aterrador, si tenía un punto de misterioso, y raro, pero llegó a la conclusión que no había sido una pesadilla, pero entonces ¿Por que se había despertado con tanto miedo?

Cuando se fue a incorporar, un pinchazo le recorrió todo el cuerpo, no había rincón de su cuerpo que no le doliera, no podía casi moverse, ahora era cuando sentía el esfuerzo que realizo realmente el día anterior, no podía mover ni un solo dedo sin que un pinchazo le recorriera todo el cuerpo. Le costó varios minutos incorporarse del todo y ponerse de pie, cuando lo hizo se vistió quejándose cada vez que tenia que mover algún miembro de su cuerpo..

Cuando se hubo vestido bajó a desayunar, no sabía si sus compañeros se habían despertado ya y le estaban esperando en el claro, pero le daba igual, se tomaría su tiempo para desayunar, y para llegar hasta el bosque, le dolían demasiado los músculo como para darse prisa en las cosas, cogió su arma y se encaminó caminando despacio hacia el bosque

- Señor Ignis-. Escuchó detrás suya, ese nombre lo había escuchado en otro sitio, era así como el sabio había llamado a su espada pero ¿por que? Se giró con cuidado para que no le doliera demasiado para saber de donde procedía aquella voz, vió a una joven de pelo rubio largo y mas alta que Marcos, la reconoció al instante, era la elfa que les había traído a su familia y a el, hacía ya tres días de aquello, al joven le parecía una eternidad.
-¿Es a mí?-. Preguntó Marcos dubitativo, una pregunta tonta debido a que no había nadie mas a su alrededor, la joven elfa asintió esbozando media sonrisa.
- Adler, el líder del ejercito quiere verte-. Informó con una voz firme
- Bien, iré a decírselo a los demás-. Dijo, sorprendido de tanta formalidad.
- No, ha informado que quiere verte a ti solo-. Dijo, cuando Marcos ya se marchaba, se encogió de hombros y la sigió a paso lento debido al dolor que sentía por todo el cuerpo. Adalaerin(la elfa) parecía nerviosa al tener que ir tan despacio, Marcos intentaba acelerar el paso pero era inútil, un nuevo pinchazo le hacía frenar.


Entraron en le pueblo, la gente se le quedaba mirando, el joven empezó a pensar que no le miraban por ser el hijo del fuego, si no por los andares que estaba obligado a llevar. Pasaron calles que reconocía de la primera vez que paso por ellas, se empezó a preguntar, que era aquello por lo que Adler quería verlo a el solo

martes, 12 de noviembre de 2013

Página 20

- Estas loca-. Dijo Marcos comenzando a reírse, seguidamente Niva se unió a el, era imposible enfadarse con ella, le había cogido demasiado cariño, los demás no entendían el por que de sus risas, pero no les importaba.
- Espero que hayáis entendido el por que el oído es el órgano mas importante en una batalla-. Se puso seria de repente, todos la miraban.- Si no tienes buen oído puedes morir de una estocada, o una flecha por la espalda, no vale solo con tener buena vista-.

Estuvieron toda la mañana practicando el mismo ejercicio, sin resultado positivo alguno, ninguno lograba escuchar aproximarse la flecha, hasta que ya había pasado por al lado de sus cabezas, pero no se rendían, una vez tras otra, se ponían en posición con los ojos vendados esperando a que Niva escogiera a quién tirar la flecha. Solo pararon para comer algo que les había traído Niva, eran una especie de plantas echas una bola, el hada aseguraba que daba energía, y estaba en lo cierto, Marcos cuando la comió, pudo sentir como el cansancio que había acumulado durante la mañana había desaparecido casi al instante. Después de que hubieron comido todos, continuaron con su entrenamiento pero esta vez el ejercicio cambió.

- Ahora empezaremos a practicar el cuerpo a cuerpo-. Comenzó a decir.- La lucha no solo es con armas, también hay que saber usar las manos y los pies-. Por que en un momento dado pueden desarmaros, o simplemente con vuestras armas no es suficiente, como puede ser en tu caso-. Dijo mirando a Toni, ya que su arma solía ser para distancias mas largas- Es por eso por lo que te voy a hacer entrega de una daga élfica, para que te acompañe en tus batallas-. Se aproximó a el, y al igual que el anciano sabio hizo aparecer una una daga con la empuñadura dorada, enfundada en su respectiva funda. Toni la cogió con delicadeza como si se fuese a romper, los demás le miraron con curiosidad queriendo ver aquella arma mas de cerca.- Una vez dicho esto, empecemos con nuestro entrenamiento-.

Les estuvo enseñando los puñetazos y las patadas mas basicas para que fueran familiarizándose con la lucha, Marcos se fijó que al moverse el hada, sus alas se plegaban y se extendían según el movimiento que hacía en ese momento, el joven pensó que tal vez se trataba una manera de mantener el equilibrio, aunque simplemente podría tratarse de algún movimiento involuntario que ella no controlaba.
A las pocas horas de haber empezado el entrenamiento, se veían los síntomas de cansancio en los jóvenes, síntomas que no se podían observar en Niva, los hijos poco a poco aprendían los movimientos que el hada les enseñaba, aunque según decía la profesora, tendrían que practicar mucho para llegar a la perfección.

Cuando el sol caía dio por finalizada la clase, al escuchar aquellas palabras, todos se tiraron al suelo sudando y agotados respirando entrecortadamente debido al cansancio.

Marcos había podido comprobar que ante la confesión de Ruth de la noche anterior, se había mostrado mas sociable, y ya sonreía.
- ¿Y así va a ser todos los días?-. Se quejó Meg sentada en el suelo, se podía escuchar su respiración, al igual que a los demás.
- No-. Contestó Niva, que estaba frente a ellos de pie con su sonrisa característica, no se veía ningún rastro de cansancio por ningún lado.- Esto solo era el calentamiento, mañana os quiero a todos a la misma hora-. Informó sentándose con ellos riéndose ante la cara de impresión de todos ellos.
- ¿Y cuando empezaremos a usar nuestros poderes-. Preguntó Toni intrigado, Marcos había notado que a lo largo del entrenamiento, el joven se había mostrado ser una persona muy ambiciosa y no se conformaba con lo que estaba aprendiendo.
- Eso no me incumbe a mí-. Contestó encogiéndose de hombros.- El sabio quiere que estéis preparados-.
- ¿Y eso que significa?-. Preguntó Ruth, una pregunta que todos se hicieron al instante, el hada se volvió a encoger de hombros ante toda respuesta.

Estuvieron hablando un rato mas, después los cuatro jóvenes se fueron a la guarida a darse una ducha. Algo que agradecieron profundamente, una ducha de agua caliente después de tanto esfuerzo en el día lo agradecía cualquiera.


Una vez estuvieron todos duchados bajaron a la biblioteca a charlar antes de dormirse, puesto que a pesar del gran esfuerzo, ninguno se encontraba con sueño.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Página 19

Ninguno la volvió a contradecir, aquella escena les había dejado a todos mudos, ¿Como había podido desplazarse tan rápido? Marcos tenía siempre una respuesta para todas esas cosas inexplicables, ''Era un hada''.

Todos cerraron los ojos a la vez y esperaron a que Niva hablara, pero todo estaba en silencio, solo se escuchaban los ruidos ya típicos del bosque para Marcos, pero nada mas.

- Dejar la mente en blanco y concentraros todo lo que podáis-. Su voz era suave y tranquilizadora.- Como ya he dicho antes, vamos a entrenar los reflejos, y los oídos-.

Le estaba costando dejar la mente en blanco, no podía dejar de pensar en cosas, algunas mas tontas que otras, pensaba en aquellos que le pegaban en el instituto, pensaba en su familia (¿como les estaría yendo en aquella misión?), también en el y los demás hijos de los elementos, y en el futuro que les esperaba....

- Como veo que hay alguien que esta haciendo trampas-. Sin decir nada mas, se volvió a quedar en silencio, eso le incomodaba, no poder ver lo que hacía cada uno, sin darse cuenta unas manos le pasaron por los hombros hacia delante, Niva se había colocado detrás suya y ni se había dado cuenta ¿como era posible que fuese tan sigilosa? Un pañuelo le tapo los ojos, ahora si que no sabría que estaba pasando a su alrededor.

El claro volvió a quedar en silencio, y Marcos se sentía cada vez mas nervioso, y cada vez le costaba mas dejar la mente en blanco, sin el pañuelo en los ojos podría abrirlos lo suficiente como para saber que estaba pasando sin que Niva se diera cuenta, pero ahora eso era imposible, no escuchaba absolutamente nada.
- ¿Que podéis escuchar?-. Preguntó Niva, por su tono de voz, no se encontraba cerca de Marcos, no podía adivinar en que punto se encontraba exactamente, solo sabía la distancia, y eso le frustraba por dentro, y contra mas nervioso estaba, menos posibilidad veía de dejar la mente en blanco.
- Nada-. Contestaron todos al unísono.
- Estáis sordos entonces-. Dijo, esta vez si se encontraba cerca de Marcos, la escuchó mucho mas cerca que antes, supuso entonces que estaba caminando alrededor de los chicos- Yo ahora mismo, escucho los rumores del bosque, las voces de las criaturas que lo habitan-. Marcos eso también era capaz de escucharlo, no lo dijo por que creyó que eso era obvio y no vio oportuno decir algo así, pero Niva fue a mas.- Si me concentro, puedo llegar a escuchar vuestras respiraciones, como si respirarais en mi oído, puedo escuchar a los insectos que tengo a no mucha distancia, y si me lo propongo puedo llegar a escuchar vuestros corazones-. Marcos se quedó boquiabierto por lo que acababa de escuchar, siempre acababa sorprendiéndole.

Otra vez todo volvió a quedar en silencio, un silencio que Marcos lo aprovechó para intentar escuchar todo lo que Niva había dicho, pero por mas que se esforzara era inútil, no escuchaba mas allá de los ruidos del bosque, que hacía el viento al pasar por entre sus ramas moviéndolas levemente.

Entonces lo escuchó, fue una milésima de segundo, pero lo escuchó, un silbido cruzó rozando su oreja izquierda, que le hizo moverse al lado contrario intentando esquivar ese ruido, no sabía de que se había tratado, ni siquiera sabía si lo había escuchado realmente o formaba parte de su imaginación y de sus esfuerzos por escuchar cosas inaudibles.
- Demasiado lento-. Escuchó la voz de Niva, se estaba aproximando a el, no sabía a lo que se refería ni a quien se refería.- En una batalla, esas milésimas te pueden salvar la vida-. Cada vez estaba mas extrañado. ¿Que había pasado?.- En una batalla real, esa flecha se habría clavado en tu cabeza-. Entonces lo comprendió, aquel silbido no había sido cosa suya, si no que se trataba de una flecha. Niva le había lanzado una flecha ¿Se habría atrevido en serio a hacer algo así de peligroso?. No pudo aguantar mas y se quitó la venda de los ojos, palideció levemente al ver al hada con un arco en la mano, mirándole con su sonrisa característica, no se atrevía a mirar a su espalda, sabía lo que iba a encontrar cuando se diera la vuelta. Con miedo fue girándose poco a poco y allí estaba, en el tronco de un árbol una flecha se había clavado a la altura de su cabeza, entonces era cierto, si se había atrevido a hacerlo.
- Me podrías haber matado-. Había palidecido por completo al ver la realidad, no podía reaccionar, se dio cuenta de que sus compañeros poco a poco se iban quitando los pañuelos para ver la escena,
- No seas exagerado-. Hizo un movimiento de la mano restándole importancia.- Ha pasado demasiado lejos de ti, como para siquiera haberte rozado.
- ¿Demasiado lejos?-. Empezaba a alterarse, los demás solo podían mirar la escena, también estaban sorprendidos, poco a poco se iban dando cuenta de que había ocurrido.- He sentido el silbido, y la pluma me a rozado la oreja-. Estaba casi gritando, pero Niva no parecía alterada lo mas mínimo, le mirada con total tranquilidad, y su sonrisa no se le borraba de su cara.
- Pues eso estoy diciendo-. Dijo acercándose a el.- Ni siquiera te ha rozado la punta-. No dejaba de sonreír.

Se quedaron en silencio cruzando las miradas, pasaron varios segundos sin que ninguno de los dos reaccionara

- Estas loca-. Dijo Marcos comenzando a reírse, seguidamente Niva se unió a el, era imposible enfadarse con ella, le había cogido demasiado cariño, los demás no entendían el por que de sus risas, pero no les importaba.

- Espero que hayáis entendido el por que el oído es el órgano mas importante en una batalla-. Se puso seria de repente, todos la miraban.- Si no tienes buen oído puedes morir de una estocada, o una flecha por la espalda, no vale solo con tener buena vista-.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Página 18

- Eso no es escusa-. Nunca la habían visto tan seria.- Si no estáis alerta, en todo momento, os mataran sin que os deis cuenta si quiera-. Marcos tragó saliva, tenía razón, tenían mucho entrenamiento por delante, iba a ser duro, pero eso a el no le importaba.

Los tres se dirigieron al claro donde ahora unos maniquís de lucha, y unas cuantas dianas les estaban esperando. Los jóvenes se quedaron mirando todo aquello, estaban ansiosos por empezar no veían el momento de hacerlo. Decidieron esperar a las demás, ya que primero tenía que contar algunas cosas antes de empezar

- Ayer me sorprendió tu reacción por lo que me contaste-. Le dijo, Marcos, a Niva que estaban sentados con la espalda apoyadas en el tronco de un árbol, mientras tanto Toni estaba empezando a practicar con el arco, le estaba costando poder tensar la cuerda manteniendo la flecha centrada.- Y no se por que tuviste esa reacción-.
- Eso forma parte del pasado-. Dijo sin mirarle, estaba con los ojos puestos en Toni.- Hace años, quería descubrir el mundo mas allá del bosque en el que vivía.
<< Al principió, no era capaz de ocultar mi naturaleza. Pero un hechicero muy poderoso consiguió que adquiriese esta habilidad única en mi especie-. Lo recordaba con orgullo y añoranza, Marcos le escuchaba con total atención, y Toni ya había sido capaz de ajustar la flecha y ahora practicaba tirando a la diana, pero pasaba demasiado lejos de ella, pero el no se rendía y seguía intentándolo.- Emprendí un largo viaje hasta la ciudad mas cercana.
Estaba embobada con todo lo que estaba descubriendo de aquel lugar. Pasé varios días durmiendo donde encontraba, no me importaba.
Pero lo que no sabía era que los niños (que era el aspecto que daba) no pueden dormir solos en la calle, y me llevaron a un sitio muy raro donde vivían otros niños.
- Un orfanato-. Aclaró Marcos interrumpiéndola. Después continuó su historia
- Pasé varios años allí encerrada, no sabía por que. Yo no había hecho nada malo-. Recordarlo, le hacia sonreír.
<< Al cabo de un tiempo una familia adinerada me adoptó. Me trataban como uno mas, les acabé cogiendo cariño. Un gran error-. Su rostro se puso serio de repente.- Decidí mostrarme tal y como era-. Se quedó en silencio, Marcos la veía triste, pero no lloraba, el paso de los años habían cicatrizado las heridas.- Ya no me vieron como una mas, si no como un monstruo.>>
<< Me echaron de su casa como si fuera un perro, y tuve que volver con los míos, sin volver a confiar en los humanos-. Acabó su relato con un largo suspiro.
- Es por eso por lo que te alegraste tanto al ver mi reacción-. Entendió al imaginarse lo que debió haber pasado.- ¿Con los demás también tuviste esa reacción?-. Esta negó con la cabeza
- Les tengo cariño-. Comenzó a decir.- Pero me importaba mucho mas tu reacción, ya que entre tu y yo hay un lazo muy fuerte-. A si que no era cosa suya, lo que sintió la noche anterior era cierto, creía que se lo habría imaginado, pero ahora se daba cuenta de que no.- Asique ya no tengo por que esconderme mas-. Dijo cerrando los ojos, y como la noche anterior una luz se iluminó dentro de ella y se transformó en hada. Ahora Marcos la podía ver mejor, era un ser extraordinario, sus ojos eran de un tono mas oscuros que su piel que era verde, cientos de trenzas le formaban el pelo, y sus alas tenían brillo propio, una especie de escamas se formaba en su cuerpo simulando un vestido.
- Así mucho mejor-. Dijo mirándola asombrado por su belleza, Toni había parado de practicar para mirarle también.
- Toca entrenar-. Dijo con su sonrisa ya característica mientras se incorporaba, el joven del arco iba a protestar de que ni Ruth ni Meg habían llegado cuando las vio llegar por el sendero con sus respectivas armas.

Niva comenzó enseñándoles con lo que iban a entrenar, había un maniquí para cada uno, unos cuantos palos clavados en fila, y algunas cosas mas.

- Bien antes de comenzar quería comentaros, que esto no es ningún juego-. Se había puesto seria de repente.- Quiero que os lo toméis en serio ya que en una batalla de verdad, estaréis muertos en cuestión de minutos-. Los cuatro a la vez tragaron saliva, a ninguno se le había pasado por la cabeza bromear con esos asuntos, así que no entendían el por que de aquella charla.- Dicho esto, quiero que dejéis las armas a un lado y formar un círculo.

Así lo hicieron sin entender el por que les hacía dejar las armas, no sabían de que se trataba aquello. Una vez estuvo el círculo formado Niva desde el centro siguió hablando.

- Pensareis que para ganar una batalla, lo mas importante es tener unas buenas armas-. Todos estuvieron de acuerdo y asintieron, mirándose entre ellos.- Pues estáis muy equivocados-. Les contradijo.- Sin un buen oído, y por supuesto unos buenos reflejos, da igual que tengáis las mejores armas del mundo, estaréis muertos-. Agacharon la cabeza dándole la razón.- Ahora quiero que cerréis los ojos, eso es lo que entrenaremos por ahora-.
- ¿No es mejor empezar aprendiendo algunos movimientos de lucha?-. Preguntó Toni, Niva se giró para mirarle, le dedicó una sonrisa, con un ágil movimiento, en un abrir y cerrar de ojos el joven se encontraba tirado en el suelo y Niva con un pie apoyado en su pecho.
- E dicho, que cerréis los ojos-. Dijo amablemente con su sonrisa dibujada en los labios mientras ayudaba a levantar a un molesto Toni que se sacudía el polvo.

Ninguno la volvió a contradecir, aquella escena les había dejado a todos mudos, ¿Como había podido desplazarse tan rápido? Marcos tenía siempre una respuesta para todas esas cosas inexplicables, ''Era un hada''.