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Buenos días-. Saludó la joven besándole la mejilla como solía
hacer cada mañana, pero esta vez todo era distinto, Marcos no le
recibió aquel beso con una amplia sonrisa como solía hacer, le
recibió con una sonrisa si, pero esta notó su sonrisa forzada y lo
hizo notar con cara extrañada.
Niva
le dedicó una mirada preocupada por aquel gesto, aunque ella si
sabía por que era.
-
En cuanto desayunemos nos vamos-. Dijo la joven niña de catorce
años, parecía nerviosa, aunque eso en ella era algo normal, pero
aun así se notaba que tenía ganas de ponerse en marcha.
Desayunaron
algo de fruta, que el informante les proporcionó, lo hicieron en
silencio.
Marcos
seguía dándole vueltas al asunto, ensimismado y en silencio, de vez
en cuando se daba cuenta de que Ruth le miraba de reojo preocupada,
pero el seguía a lo suyo, no sabía que hacer, y dudaba mucho que lo
fuera a saber algún día.
Recogieron
todo y se encaminaron al círculo de teletransporte mas cercano, que
se encontraba a unos kilómetros del bosque en el que se encontraban.
Tardaron
unos minutos en salir del bosque, para después ponerse en marcha por
un sendero que llevaba a ninguna parte.
Fueron
todo el camino en silencio, Marcos seguía pensando en el mismo tema,
de vez en cuando lanzaba una mirada a Ruth y comprobaba que ella
también le miraba. No tenía ni idea de lo que iba a hacer al
respecto, ni si quiera si se lo diría o se quedaría callado...
¿Como podía haber pertenecido a la oscuridad? Era algo que no le
entraba en la cabeza, había creído conocerla, pero estaba claro que
no, ¿Que mas escondería?
Al
fin llegaron al círculo que los llevaría a la ciudad extremeña.
Por un momento Marcos se olvidó del tema para volver a pensar en su
familia, y en la ciudad a la que iban, se permitió sonreír por
dentro unos segundos antes de que todo comenzara a temblar, una vez
mas se acordó de que nunca se acostumbraría a esos temblores y ver
como todo gira a su alrededor, se tuvo que sujetar a Niva para no
caerse.
Los
colores iban y venían en una espiral sin control, el suelo se movía,
todo a su alrededor estaba en movimiento, excepto sus amigos que
parecían no enterarse de lo que ocurría a su alrededor, ellos ya se
habían acostumbrado, pero el nunca lo haría.
Cuando
por fin todo paró pudo ver de nuevo su ciudad, estaba igual que como
la recordaba, miró a su alrededor, había vivido cerca de allí,
nunca se habría imaginado que en ese mismo sitio, por donde tantas
veces había andado junto a su hermano habría un círculo de
teletransportación.
Desde
donde se encontraba podía ver la plaza de toros, la marquesina en la
que solían esperar al autobús para ir a la plaza mayor. La tienda
en la que de pequeños compraban chucherías. Y nada había cambiado
a su alrededor y no pudo evitar sonreír al acordarse de todas
aquellas cosas, por un momento el tema de Ruth lo dejó apartado a un
lado. Bueno tal vez si que había algo que había cambiado, la gente,
no estaba, la calle estaba completamente vacía.
-
Tenemos que ponernos en marcha-. Le dijo Niva cogiéndole del brazo
sacándole de su ensimismamiento, y como movido por un resorte se
puso en marcha rumbo a ninguna parte, los demás le siguieron.
-
¿Sabes adonde vas?-. Preguntó Toni después de unos minutos
andando.
-
No tengo ni idea-. Negó Marcos.- Pero como no tenemos ningún plan,
para encontrar al grupo de rebeldes, estaba recordando viejos
tiempos-. Se encogió de hombros, de pronto se vio a el y a su
hermano con cinco años jugando en un parque que cruzaban, volvió a
sonreír.
-
No tenemos tiempo para eso Marcos-. Dijo la niña apoyando una mano
en su hombro.
-
Que mas da, si ni siquiera sabemos adonde vamos, ni como
encontrarles-. Se giró para mirarles.
-
Pero puede haber sombras, y cualquier distracción puede ser fatal-.
El joven pareció entenderlo.
Y
así lo hizo volvieron a ponerse en marcha por las calles desiertas
de Cáceres atentos de cualquier movimiento extraño.
Pero
todo parecía tranquilo, no había señales de sombras por los
alrededores, aunque tampoco de que allí viviera alguien
-
¿Que creéis que esta pasando aquí?-. Preguntó Ruth mirando hacía
todos los lados.
Su
voz hizo recordar a Marcos su secreto una vez mas y volvió a darle
vueltas al mismo asunto ¿Ruth de la oscuridad? Pero no es posible
que sea ella la infiltrada, Verorg no la hubiera herido de esa
manera...Pero...¿Y si estaba todo calculado?.
-
Puedo oler el miedo-. Contestó Niva sacando al joven de sus
pensamientos.
Continuaron
andando por una calle ancha llena de tiendas de ropa cerradas, Marcos
recordaba esa calle un domingo cualquiera llena de gente, metiéndose
en las tiendas y saliendo de ellas con una bolsa en cada mano, sonrió
al recordar aquello.