miércoles, 23 de abril de 2014

Página 59

Ya ni os acordareis de mi, siento muchísimo todo este tiempo que he estado sin actualizar el blog, he estado algo liado y no encontraba tiempo pero quiero deciros que aquí estoy de nuevo con la segunda parte de esta historia que comencé hace unos cuantos meses ya, que es ''Los 4 Elementos''
Espero que lo disfrutéis como yo disfruté escribiéndola
Sin nada mas que decir aquí os dejo con el comienzo de la segunda parte.


Pasaron varios años desde que tuvieron que dejar ciudad de los elementos fortuitamente.
Todo había cambiado desde entonces, ahora que los hijos de los elementos estaban en paradero desconocido, poco a poco fueron ganando terreno y ya se habían echo con la gran mayoría del planeta, algunas pequeñas aldeas perdidas en las montañas de todo el mundo aun estaban a salvo, podría ser por que la oscuridad no tenía ningún interés en ellas, o simplemente no se habían percatado de que estaban allí.
Mientras que en las grandes ciudades, las personas vivían esclavizadas, como si de una dictadura se tratase, habían creado sus propias leyes, que acataban sin rechistar ya que si lo hacían podían acabar muertos.

Mientras que los jóvenes que tuvieron que dejar la ciudad de los elementos, ahora se encontraban en un pequeño bosque de Alemania, mantenían alguna relación con los pocos informantes que quedaban, ya que lo primero que hicieron los sombras fue eliminarlos,
No dejaban de viajar de un lado a otro buscando alguna pista que les dijera donde se encontraba el hijo de la oscuridad, pero sin ningún éxito. No se rendían a pesar de todo.

- Tendremos que volver a bajar al pueblo-. Dijo Niva, con su voz infantil.- Nos vuelve a escasear la comida-.
Todos se miraron unos a otros.
- Corremos el riesgo de que nos encuentren-. Dijo Marcos que ahora lucía una barba de tres días, y el pelo negro le llegaba hasta los hombros.

Solían bajar a los pueblos a casa de algún informante a recaudar comida, nunca se quedaban mucho tiempo para no levantar sospechas entre los sombras que vigilaban, pero siempre corrían el riesgo de que les pudieran sorprender. Muchas veces les habían ofrecido cobijo, pero no querían arriesgarse ni poner en peligro al informante, y solían acampar en bosques o montañas algo alejados de las ciudades o los pueblos.

- Es un riesgo que debemos correr-. Dijo Ruth, que se encontraba sentado junto a Toni.
- Hoy hace dos años de la muerte de Meg-. Dijo el joven mirando al cielo.
Ninguno se había percatado de la fecha, y se miraron unos a otros en silencio ¿como podían haberse olvidado de algo así? Marcos se sintió mal por eso al momento, aunque también era verdad que habían estado demasiado ocupados para pararse a pensar en que día vivían.
- Hace tiempo que dejé de contar los días-. Se escusó Niva mirando al cielo, era de noche, y miles de estrellas iluminaban el claro en el que se encontraban.- Pero pronto llegará el día en el que podamos vengarla-.
- Y a mi familia-. Digo Marcos, con tristeza, aun había días que se acostaba con lágrimas en los ojos acordándose de ellos, Niva apoyó una mano en su hombro reconfortándole.
- Pero cuando llegará ese día-. Toni desde que tuvieron que dejar la ciudad de los elementos se había mostrado mas ambicioso que lo normal acerca de encontrar su objetivo.
- Siento que cada vez estamos mas cerca-. Informó la joven niña de catorce años.
- Llevamos años andando de aquí para allá, sin ninguna noticia del hijo de la oscuridad-. Se quejó Toni, cogiendo un palo del suelo y partiéndolo en dos.
- El mundo está acabado, y nosotros no hemos podido hacer nada-. Se lamentó Ruth abrazándose las piernas
Marcos se rascó la barba pensativo, una barba de tres días que había dejado crecer hacía tiempo.
Cada día desde que se enteró quien era realmente había estado intentando manifestar su poder sin ningún éxito, al fin y al cabo ¿quien sabía con exactitud que el era el hijo de la luz? Esa era la última esperanza que les quedaba para librarse de la oscuridad en el mundo, asique no podía mostrar sus dudas ante esa realidad.

Estuvieron hablando hasta bien entrada la noche, después decidieron dormirse a la luz de una hoguera que habían encendido, a pesar de ser verano las noches en aquel bosque eran frías. Niva haría la primera guardia para que los demás durmieran tranquilos.
Marcos despertó horas después, el fuego aun ardía en el centro del pequeño claro, Niva había estado avivando las llamas todo ese rato.
Se incorporó mirando a su alrededor, pero estaba todo muy oscuro para poder ver mas allá de la luz que ofrecía las llamas de la hoguera, vio cerca de el a Ruth dormir plácidamente, durante unos segundos estuvo mirándola con una sonrisa en la boca, acto seguido miró la hoguera que aun ardía en el centro del claro.

Buscó con la mirada a Niva que aun debía de estar de guardia, y así era, la vio unos metros alejada del grupo durmiendo mirando el cielo estrellado, se encontraba de espaldas al grupo y parecía pensativa. Marcos se levantó y se acercó en silencio esquivando a Toni.
- Ya no recuerdo como es dormir tranquilamente-. Dijo Niva antes de que Marcos llegara a su lado, a este no le sorprendió lo mas mínimo que le hubiera escuchado acercarse a pesar de haber sido lo mas sigiloso posible.
- Yo no recuerdo lo que es comer decentemente-. El joven se sentó a su lado y se puso al igual que ella a mirar las estrellas.
- Tengo una extraña sensación desde hace tiempo-. Dijo el hada sin dejar de mirar el cielo, Marcos giró la cabeza y continuó en silencio esperando la continuación de la frase.- No creo que todo esto vaya a algún lado-.
- ¿Por que lo dices? Cada vez estamos mas cerca de nuestro objetivo-. Le animó Marcos apoyando su mano en el hombro de su amiga.
- No te mientas a ti mismo ¿Que hemos conseguido durante estos dos años? Absolutamente nada-.
Marcos se quedó pensativo, tenía razón, por mucho que habían investigado, por mucho que habían buscado, solo habían encontrado muerte y desolación, pero ni rastro del hijo de la oscuridad.
- Pero no podemos rendirnos, tenemos que seguir indagando-. Dijo Marcos.- Estoy seguro que tarde o temprano llegaremos a nuestro objetivo.
- ¿Como lo haces?-. Preguntó, el joven la miró sin comprender.- Para estar optimista en todo momento, hasta yo, que soy el optimismo en persona decaigo de vez en cuando, pero tu no, pase lo que pase, siempre tienes alto el ánimo-.

- Supongo que me viene de serie-. Se encogió de hombros sonriendo.- Y te repito, estoy seguro de que llegaremos a nuestro objetivo-. Sonrió ampliamente pasando el brazo por los hombros de la joven niña.- Y no solo eso, si no que venceremos-. Esas palabras parecieron subir el ánimo de Niva por que una amplia sonrisa se le dibujo en su rostro, esta apoyó la cabeza en su pecho, y así se quedaron hasta que Niva quedó dormida, el joven la llevó en volandas cerca del fuego y se sentó algo alejado del grupo a hacer guardia

No hay comentarios:

Publicar un comentario